“El club de referencia debemos ser nosotros mismos”

Segundo parte de la entrevista de Francesc Arnau con ElDesmarque Málaga en la que el ejecutivo catalán explica su nueva función desde un prisma más personal. Cómo ha sido su adaptación al cargo, su nueva vida, sus vínculos con La Academia y Manel Casanova, así como sus nuevos retos profesionales y marcos de referencia a la hora de gestionar deportivamente el Málaga. Un Arnau más íntimo y con algún recuerdo a Johan Cruyff, fallecido este jueves.

¿Qué tal van sus primeros meses en el cargo?
Ha sido un cambio brusco después de llevar cuatro años en La Academia, a la que estaba muy acostumbrado. En el primer equipo cambia todo. Tienes mucha más responsabilidad, todo va más rápido, asumes un puesto de mucha exposición en un momento malo en el que el equipo no funcionaba, con problemas institucionales… Parecía el fin del mundo. Mi intención a la llegada fue la de introducir calma, lo más importante tenía que suceder en el campo. Intentamos ayudar a los profesionales para quitarles la presión de estar tan abajo y que se abstrajeran de la situación para que fueran ellos mismos. Lo consiguieron, se produjeron muchas reuniones, los capitanes tomaron un papel importante, el míster también se sintió más seguro. Las cosas se han ido haciendo bien y el equipo fue creciendo, sobre todo con los resultados que consiguieron.
El Francesc Arnau de hoy será el de hace tres meses con un máster avanzado, ¿no?
He aprendido muchas cosas del fútbol profesional desde la trastienda. Ya lo conocía desde la parte futbolística de jugador, porque entonces te introduces en temas que te interesan, y a mí siempre me ha gustado observar, como el que mira un escaparate y no sabe lo que hay detrás de eso para que quede bonito. He aprendido cómo funciona una estructura de Primera División. Lo vi desde La Academia y me ayudó, pero ahora, aunque sea el mismo club y el mismo fútbol, no tiene nada que ver porque son situaciones distintas.
¿Cómo vivió los días de transición a su cargo?
Es que no hubo transición, pasé de estar en la cantera al primer equipo. Y encima muy cercano al mercado invernal, con poco tiempo para ver futbolistas y tomar decisiones. Nada más entrar vi un poco las necesidades con el entrenador y fui a buscarlas. Y luego te encuentras más sorpresas: Kameni tenía posibilidades de irse, Nordin se fue… Trastocó un poco lo que rápidamente se planificó, así que tuvimos que ir haciéndolo sobre la marcha. Luego también Angeleri se fue… Era cada día pensar qué iba a pasar hoy y luego organizarte. Cuando termina el mercado invernal no te relajas, porque ha habido otras renovaciones como la de Pablo, la del míster… Aquí no se para, miramos para el año que viene, enfocando y planificando los posibles escenarios que pueden ocurrir. Es un no parar.
Vaya, que habrá perdido vida social...
La vida social te la da el fútbol. Lo bueno que tiene este puesto es que interactúas mucho con la gente. Lo mismo hablas con un “scouting” de la dirección deportiva que con el director de comunicación, o con el de marketing y entre medias con un agente. Es tan variado que la vida social la tienes, y mucho, pero basada en el fútbol y en el trabajo. Actos sociales, cenas, periodistas, políticos… La vida social es activa, pero no viene desde la vida privada.
¿Echa de menos La Academia, le da nostalgia?
Echarla de menos no, porque cuando quiero desconectar un poco hablamos de temas de La Academia, a la que conozco como la palma de mi mano. Tenemos muchos jugadores que vinieron y fueron convencidos, ellos y sus padres, por Manel (Casanova) y por mí. Muchas veces me llaman, me felicitan o me dicen que tienen algún problema y no encuentran la manera de solucionarlo, otros me llaman pensando que sigo siendo el coordinador. Hay muchos tipos de situaciones y no creo que vaya a abandonar el sentimiento de Academia ni su día a día.
¿Y a Manel Casanova lo añora?
Siempre ha sido el director, claro que lo añoro. Formamos un buen grupo y siempre me dejó mucha manga ancha para poder trabajar. Él ha sido mi profesor en la gestión de fútbol, en conocer cómo se mueve por detrás este mundo. Me ha ayudado muchísimo y muchas cosas de las que me enseñó las pongo en práctica ahora.
¿De pequeño quiso ser director deportivo?
No. Así como siempre quise ser portero, jamás me había planteado ser director deportivo, es una cosa que ha ocurrido sin buscarla ni esperarla. El jeque confió en mí para ello y lo asumo porque me encanta ayudar al club, es un puesto que gusta tener por todo lo que significa y por poder poner en práctica tus ideas a beneficio del Málaga. Sería una alegría enorme que pueda funcionar por todo lo que significa.
¿Se marca algún modelo o club como referencia?
El club de referencia tenemos que ser nosotros mismos, está claro que tengo mucho aprendizaje del Barcelona, de cómo han gestionado las cosas allí. No es funcionar como ellos, pero en Barcelona se ha pensado a largo plazo, aunque luego está la exigencia de resultados del primer equipo y de ganarlo todo, pero hay un momento, en el que entra Johan Cruyff, que se empieza a vislumbrar un futuro. Ideas de fichar al mismo tipo de entrenador, de tener un concepto de cantera, de futbolistas que incorporar… Y hasta ahora lo están siguiendo. Y eso, quieras que no, me queda. Mucho va en el rendimiento y a corto plazo, porque al final es lo que te marca la supervivencia de la entidad, pero otras decisiones van a medio-largo plazo para que el club pueda tener una viabilidad futura.