El saldo negativo de la revolución de Gracia

El empate ante el Deportivo fue un punto de inflexión para Javi Gracia. Ante la inoperancia del Málaga y la ausencia de buenos resultados, empezó a pensar en darle un cambio a todo, en una revolución. Y su declaración de intenciones el martes fue clara en rueda de prensa: “Habrá bastantes cambios porque el equipo lo necesita desde el punto de vista físico y de juego. Necesitamos cambiar cosas”.

Pues bien, citó a los 18 hombres que ya estuvieron ante el Depor el pasado domingo, pero introdujo a cinco jugadores distintos. En la defensa, Angeleri fue central en detrimento de Sergio Sánchez y Miguel Torres actuó como lateral izquierdo por Boka. En el centro del campo Recio dejó su lugar a Tissone a pesar de que el malagueño fue de los más acertados ante el Depor. Y arriba sorprendió la suplencia de Juanmi y Samu Castillejo. Horta entró por la izquierda y Duda fue el mediapunta, aunque solía andar más pegado al doble pivote que a Nordin Amrabat, que se mantuvo en su puesto de nueve. Samu García continuó en la derecha.
El resultado es que el equipo perdió velocidad y mordiente arriba, poca presión y anárquica. Dejó al Celta salir con facilidad, que le generó muchísimos problemas. Además, las líneas no estuvieron juntas y el equipo se rompió en algunas fases, con jugadores descolgados y pocos síntomas de solidaridad defensiva.
Así que la revolución apenas fue un conato de rebelión y sirvió para muy poco. Porque ni mejoró el juego, ni las sensaciones. Además del partido se perdió identidad.
En cuanto al asunto de las rotaciones, sorprende que en ellas Javi Gracia no encaje a Javi Guerra en ningún sitio. Nadie se pronuncia sobre el asunto, pero la realidad es que el entrenador no cuenta con veleño y los pocos partidos en los que ha jugado en las últimas fechas han sido en minutos de la basura o a la desesperada como el último domingo.