Manuel Iturra: “No me da vergüenza reconocer que vengo de Segunda”

DANIEL MARÍN IIIManuel Iturra es un rara avis en el mundo del fútbol y en el campo de la vida. No es fácil encontrar a alguien que bromea sobre sí mismo con tanta humildad. Es feliz en Málaga, se le ve hasta de lejos entre su rizos de colocho.
No lo disimula. En agosto se mantenía en forma en su Chile natal jugando con un equipo amateur. Y en octubre asistió a Joaquín para ganarle al Milán. Suena bien, suena a Champions. Una Champions que disfruta con 28 años y la ilusión de la primera vez. Nació en Temuco, igual que uno de los mejores jugadores de la historia de Chile, Marcelo Salas, con quien coincidió en el equipo de su vida, el Universidad de Chile. Iturra es singular en el trato personal y plural en el esfuerzo profesional. Nos atiende con sosegada calma. Reflexiona cada pregunta antes de responder, pero esquiva tópicos. Su sonrisa es sincera. Y habla de verdad.
 
¿Qué tal va su adaptación a la ciudad y al equipo? 
Mis primeros meses están siendo increíbles. Primero por la llegada, después por la adaptación y luego porque me tocó jugar un par de partidos que los disfruté a muerte. Afortunadamente, se dieron los resultados y estoy muy contento al igual que mi familia. Además, he escuchado buenos comentarios de la gente sobre mí y eso me deja muy tranquilo.
Cuéntenos cómo fue su fichaje. 
Mucha gente me llegó a decir que cómo estaba sin equipo a esas alturas de agosto… Tuvimos un par de propuestas bastante serias, pero decidimos apurar hasta el último momento. Eso era un arma de doble filo porque te arriesgas a quedarte con las manos vacías. Afortunadamente, la jugada salió perfecta. Estábamos a la espera de algo mejor y salió lo del Málaga. Mis representantes cerraron el trato apenas los llamaron. Dijeron a todo que sí, como los perritos que se ponen en el auto que dicen a todo que sí (risas). Nadie puso problemas, fue un acuerdo rápido.
Entonces, conocería Málaga y al Málaga sólo de pasada… 
No, sí que la conocía porque todos sabemos lo que significa esta zona turísticamente por su clima. Mi representante es de Marbella y me había venido con él un par de días libres. Conocimos con mi señora la ciudad. Fuimos incluso al estadio a ver el Málaga-Getafe de la Copa del Rey, el del gol de Buonanotte, fue un partido muy entretenido. Y aparte el míster, que es chileno y tiene mucha cobertura allí, en mis vacaciones lo vi.
Una pregunta que no le habrán hecho todavía. ¿Hay muchas diferencias entre jugar en Segunda y en la Champions? 
Creo que la única diferencia es que en la Champions hay mucha más calidad y ritmo y en Segunda mucha más intensidad. Pero en Segunda también hay jugadores que pueden estar en Primera perfectamente. Es una liga competitiva, intensa y muy larga.
Y la música de la Champions, ¿a qué suena? 
Suena a sueño. Es impresionante. Tiempo atrás ni se me pasaba por la cabeza ver un partido donde sonara esa música. Y el hecho de tener la oportunidad de jugarla me deja sin palabras. Solo los futbolistas pueden entender lo que se siente cuando suena la musiquita y te pones a jugar.
¿Le molesta que todo el mundo le recuerde que viene de Segunda? 
No, para nada. Cada uno tiene su camino. Para algunos a lo mejor le es más fácil jugar en Primera. Me siento absolutamente satisfecho por haber conseguido el objetivo de competir hoy en día en uno de los mejores equipos de la Liga española. No me da vergüenza reconocer que vengo de Segunda, ni reconocer mi pasado. Lo asumo y soy feliz.
Siempre hablan muy bien de ese vestuario. Le pregunto a usted, que acaba de llegar a él, ¿realmente lo es? 
Al principio tuve un poco de incertidumbre sobre cómo me iban a recibir. Y fue espectacular, me hicieron sentir uno más desde el principio y eso me ayudó a adaptarme. Son un grupo humano increíble y se ve en los momentos difíciles en el campo de juego. Como cuando pasamos contra el Panathinaikos y nos juntamos todos como una piña en el círculo central. Son pequeños detalles que dan cuenta de que hay un buen grupo que rema hacia el mismo lado.
Con Isco, al menos en Twitter, se le ve un buen feeling… 
(Risas). A pesar de que somos personajes públicos, somos gente común y corriente. Isco tiene muchos seguidores pero es muy sencillo y eso está muy bien. Bromeamos, pero no nos enojamos con nadie, somos livianos de sangre. A nivel futbolístico todos sabemos que Isco hace lo que quiere. Aunque también hay otros jugadores que me llaman la atención. En un equipo se necesitan futbolistas de todo tipo y que cada uno aporte con lo suyo.
Sobre su paisano Pellegrini, poco más hay que decir… 
Todos sabemos lo que es y lo que significa para el club. Yo soy uno más del equipo, aunque quizás tenemos temas más afines porque somos paisanos y conversamos un poco, pero no mucho en realidad.
Si tuviera que resumir su estancia en Málaga hasta ahora con una foto, ¿ésta sería la de su asistencia a Joaquín el día del Milán? 
Sí. Fue todo súper rápido. Era un partido súper importante para el club y para la ciudad. Tengo que darle las gracias a Joaquín porque hay que marcar y hacer bueno el pase. Si él no la hubiera metido, nadie hablaría de esa jugada... Pero fue gol (risas). Y ya estoy un poquito en la historia del Málaga.
Lo cierto es que se ha hecho con un hueco en las rotaciones a pesar de competir con dos jugadorazos como Toulalan y Camacho.  
Sí. Con Toulalan jugué contra la Real Sociedad. No habla mucho el español, pero hemos conversado bastante. Todos sabemos lo que significa para el club y para la gente, que lo considera un ídolo. Yo me llevo muy bien con él. Y con Camacho espectacular, tenemos una relación un poco más estrecha. Siempre estamos bromeando a pesar de que competimos por un lugar dentro del once.
Hace unos días Mario Husillos, director deportivo, dijo que llegaron ofertas por usted al poco de fichar por el Málaga. 
Me lo comentó justo Camacho. Me enseñó el artículo en el que decía que muchos jugadores del club habían tenido ofertas en verano… Hasta Iturra, dijo. Hasta yo tuve ofertas (más risas). Yo me río porque todo lo llevo al chiste. Pero ya en serio, no tenía ni idea porque no leo mucha prensa, me enfoco en lo mío para tratar de seguir mejorando cosas. En su momento se verá qué pasa con mi futuro. Hasta hace dos meses era muy incierto, y ahora me gustaría seguir, claro, ¿a quién no?
Su buen nivel con el equipo blanquiazul le ha valido volver a la selección. 
Mi salida de Chile fue muy abrupta por una cagada mía, no me da pena decirlo porque es parte del crecimiento que tuve como jugador y persona, fue la entrada a Guardado. Era en el partido previo a la entrada para el Mundial y estuve mucho tiempo sin ir convocado. Fue lindo volver, siempre lo es jugar por tu país.
Curiosamente, el seleccionador que le ha recuperado ha sido despedido recientemente, Claudio Borghi. 
Sí, y ha llegado otro que fue quien asumió cuando yo me fui del Universidad de Chile, Jorge Sampaoli. La gente especula que en su día me fui por él, pero yo no tengo ningún problema. Tuve varias conversaciones con Sampaoli y en el fondo lo que quería era irme a Europa para cambiar de aires. Ahora todos los jugadores, salvo algunos, tenemos la incertidumbre sobre si estaremos o no entre los seleccionables.
Antes me hablaba de su salida de la selección por una dura entrada a Guardado. Bielsa era entonces el seleccionador de la ‘Roja’. ¿Cómo es Bielsa de cerca? 
Es un obsesivo del fútbol, un perfeccionista. Aprendí mucho con él, a pesar de que no lo demuestre en el campo de juego… (risas). Y, sobre mi salida de la selección, nada que objetarle, muy bien. Tiene un trato un poco distante con el jugador, pero los trata a todos por igual y la verdad es que me enseñó muchas cosas.
¿Y a Pellegrini, lo ve como seleccionador? 
Pellegrini siempre es un candidato a asumir la banca de Chile. Tiene un prestigio a nivel mundial y lo ha demostrado en cada equipo que ha estado, siempre jugando un excelente fútbol. Pero él ya es una persona demasiado inteligente y sabrá cuándo es su momento adecuado. Imagino que algún día lo tendrá que hacer, aunque no sé si lo habrá pensado.