Apoño: “Las lesiones no van a poder conmigo”

 

Arranca con virulencia hojas del calendario, sube escalones de dos en dos y mastica más confianza que nunca. Apoño vuelve a tope de batería tras otro mes en el cuarto oscuro. El ‘10’ blanquiazul reconoce que nunca vivió una situación así y entona el mea culpa por su última recaída. Le pueden las prisas. Cosas de la raza que se mama en La Palmilla. Ahora lleva una semana entrenándose con sus compañeros y ya corre pidiendo paso: “Soy compatible con Toribio”. Sus botas tienen síndrome de abstinencia. Demasiadas semanas en el trastero. La afición tampoco olvida a su brújula, más desnortada que nunca este año por las dichosas fibras que tanto se han roto. Apoño regresa a escena sin miedo a nada, con la confianza del que se siente fuerte. Y Muñiz lo sabe, aunque no regalará su peto… 
La primera pregunta es obligada, ¿cómo se encuentra?
Pues muy bien. Después de un mes parado, ya llevo una semana entrenándome y me he acoplado rápido con los compañeros. Físicamente ando bien y espero volver lo antes posible.
¿Se marca alguna fecha?
Cuando el mister lo crea oportuno. Yo ya estoy disponible para entrar en la convocatoria o en la alineación.
Sí, pero ahora será complicado entrar…
Sí, la verdad es que sí. Ahora es bien difícil. Seguro que me costará, pero yo me esfuerzo para volver pronto. Soy uno más de la plantilla y el míster pondrá a los que crea mejores. Yo hice una buena temporada el año pasado, pero las lesiones no me han ayudado mucho en la actual, así que tengo que volver a ganarme el sitio.
¿Cuáles creen que han sido las causas reales de tanta lesión?
Ni idea. Yo nunca he tenido tantas lesiones ni he estado tanto tiempo parado. Y este año he tenido ya dos roturas y una recaída... Quizás es por el esfuerzo, que los músculos no hayan asimilado bien la competición. Los médicos dicen que puede ser por la carga de partidos y entrenamientos. También es verdad que soy muy cabezón y no suelo decir que estoy cansado para jugar más.
¿Y no le echan la bronca por eso?
De vez en cuando (risas). Pero ellos me entienden porque saben que yo quiero darlo todo hasta en los entrenamientos. La recaída fue por mi culpa porque yo quise jugar lo antes posible. Estábamos en una situación bastante delicada e intenté ayudar como pude, pero al final me volví a lesionar.
¿Y psicológicamente cómo está?
Es muy duro, pero soy fuerte de cabeza y las lesiones no van a poder conmigo. Ya le pego con seguridad al balón. Lo peor es ir con miedo, ya que puedes equivocarte en los apoyos y es peligroso.
Si vuelve al once el sacrificado sería Toribio…
No tiene por qué. Él juega más atrás. Toribio es un pivote defensivo bastante inteligente y con mucha fuerza. Siempre está bien colocado y cuando hay que dar, da. Lo está haciendo francamente bien y se ha ganado su puesto.
¿Cómo ha visto al equipo desde fuera?
Hemos conseguido que la suerte nos acompañe. Y eso es gracias también al trabajo, la suerte hay que buscarla. Hemos ganado incluso partidos como el del Espanyol en el que no jugamos bien. Pero tenemos que seguir mentalizados porque el descenso está sólo a 7 puntos.