Un clásico en desigualdad de condiciones
El estadio municipal de Balaídos, en Vigo, acoge un nuevo clásico gallego, al que al Celta llega invicto y con los ánimos renovados tras empatar a domicilio ante el vigente campeón de Liga, el Atlético de Madrid (2-2), y el Deportivo de La Coruña, algo tocado tras ser goleado en Riazor por el Real Madrid (2-8).
Aunque las sensaciones que ambos están mostrando en este inicio de curso son muy distintas, lo cierto es que Celta y Deportivo tan sólo están separados en la clasificación por dos puntos.
A eso hay que sumar que la historia reciente de los clásicos gallegos juega a favor del conjunto blanquiazul, que no pierde en Balaídos desde 2007, cuando un solitario gol del delantero brasileño Fernando Baiano le dio el triunfo al Celta del búlgaro Hristo Stoichkov, que luego acabaría perdiendo la categoría.
Derrotar al Deportivo en su estadio y hurgar en la herida de su eterno rival son los alicientes de los futbolistas celestes, conocedores de la importancia que para sus aficionados tiene este encuentro.
El partido tendrá además el aliciente de ver cómo recibe Balaídos a Víctor Fernández, quien dirigió cuatro temporadas al Celta en una de las etapas más brillantes de la historia del club, en la que consiguió un subcampeonato en la Copa del Rey, la Intertoto del año 2000 y tres presencias en los cuartos de final de la Copa de la UEFA.
El argentino Eduardo "Toto" Berizzo, que como futbolista celeste estuvo a las órdenes del actual preparador del Deportivo , eludió el papel de "favorito" y avisó que el partido será difícil, intenso y en el que los errores se pueden pagar caros.
El Celta será fiel a su estilo, con esa fuerte presión en campo contrario que lo caracteriza desde la llegada de Berizzo. La pegada de sus atacantes es un aval tan grande como la necesidad de mejorar defensivamente para no sufrir como lo hace en las jugadas de estrategia.
