Cinco minutos de honra no siempre funcionan

Cuando un equipo se juega la permanencia se espera otra imagen que la que ofreció el Levante UD. Un mínimo de tensión defensiva, al menos, aunque no hagas un juego para echar cohetes. Pero no fue así. Todo lo contrario. La primera parte más mala que se le recuerda a los granotas en años le costó marcharse a descanso con cuatro goles en contra, encima todos del mismo futbolista, Alberto Bueno, y el magro consuelo del tanto inicial de Víctor Casadesús. Los de Lucas Alcaraz desaprovecharon una gran oportunidad para sacar cabeza (4-2) y no sólo eso, regresaron a casa con las orejas bien calentitas. Borrón y cuenta nueva. No queda otra. A por otra final, como las 13 que quedan.

El partido empezó de forma calcada al del Granada. Si contra los nazaríes El Arabi estuvo cerca de marcar en el minuto 2, en Vallecas fue Kakuta quien erró el 1-0 al poco de arrancar el encuentro. Nacho, uno de los más destacados del Rayo desde el lateral izquierdo, envió el esférico al área, Manucho no llegó a cabecear y le cayó a los pies al francés que, a un metro de la portería, erró. Se lanzaba, como siempre, el conjunto de Paco Jémez para adelantarse y aprovechó el Levante para cogerle desprevenido en una contra. Xumetra penetró rápido por el costado derecho, centró y Casadesús celebró su 30 cumpleaños enviándola a la red.
Pero todo fue un espejismo. El Rayo juega a lo que juega, es decir, a atacar vaya como vaya en el marcador y le da igual quien tenga enfrente. El gol azulgrana hizo crecerse a los madrileños que en su siguiente oportunidad de marcar empató la contienda. Nacho, de nuevo, envió el balón en correo certificado a Alberto Bueno que, ganándole la posición a David Navarro, cabeceó a las mallas. Un 1-1 que parecía espolear mínimamente al Levante, que todavía tuvo oportunidad de volver a ponerse por delante después de un error de Cristian Álvarez que desprovechó Casadesús. Paradójicamente, quien falló al atrapar el esférico en la siguiente acción fue Mariño pero Bueno no emuló al '18' granota, sino que recortó y batió al meta gallego (2-1).
Era el 32' y empezaba el chorreo rayista porque, sólo un minuto después, caía el tercero de los locales. El tercero, en su tarde de gloria, volvió a marcarlo Bueno y de nuevo le ganó la partida a David Navarro. En esta ocasión fue Licá quien puso un buen servicio desde el costado izquierdo y el atacante remataba colando la pelota por el lado de Mariño. Para encender un poco más el sonrojo azulgrana, Trashorras se hizo con la posesión del cuero en posición del '8' y lo envió al corazón del área. De nuevo Bueno, que hizo un 'hat-trick' pero de los gordos, tiró, Mariño paró pero dejándola muerta y el jugador formado en el Real Madrid subía el 4-1 al luminoso.
Era el primer tiempo y ya había poco más que contar. Algo pasó, pero poco trascendental en lo material para lo que necesitaba el Levante, en los siguientes 45 minutos. Los de Lucas hicieron poquito hasta que, mediado el segundo tiempo, Barral peleó un balón que estrelló en el poste. Empezaron a ganar protagonismo los que se lo han peleado en los últimos partidos: Barral, Camarasa, Uche, Rubén... A seis minutos del final, entre Barral y Camarasa robaron el esférico, el canterano se lo cedió a Uche que, perfilando el cuerpo de manera muy plástica, batía a Cristian Álvarez. El Levante lograba el 4-2 y, como si fuese Jekyll y Hide, se transformó. Porque instantes después los granotas recuperaban de nuevo y Rubén estuvo cerquísima de hacer el 4-3 pero no aprovechó el desconcierto de la defensa rayista. Así concluyó el cuento. Con cinco minutos de raza, de orgullo, de buen fútbol al fin y al cabo, que evidentemente no fueron suficientes y seguramente no lo serán si quieren mantener la categoría a final de temporada.