El Levante sale lleno de espinas de La Rosaleda

El Levante UD, plagado de suplentes, se presentó con ganas de agradar en La Rosaleda y, aunque no hizo un mal partido y tuvo varias ocasiones para marcar algún gol, se marchó de Málaga con un doloroso 2-0 que deja la eliminatoria cuesta arriba, que no imposible, para los granotas. 

No sorprendió a nadie que Lucas Alcaraz sacara un once de circunstancias en La Rosaleda. Su prioridad es la Liga y lo dejó claro de inicio. Sólo Juanfran y Rafael Martins repitieron en el once que había saltado de inicio en el Calderón, en el primero de los tres partidos que debe afrontar la exigua plantilla granota en siete días.
Junto al veterano Juanfran formó Héctor Rodas como central y Pedro López y Toño como laterales. En el medio todos eran nuevos. El central El Adoua adelantó su posición para formar el doble pivote con Camarasa. Junto a ellos, Xumetra y Gavilán completaban la medular; mientras que El Zhar tenía que ser el que se encargara de apoyar a Martins.
El de Lucas era un planteamiento obligado si lo que quería era respetar a los titulares de la Liga, pero también valiente (dos puntas, dos jugadores con clase en banda...) El caso es que al primer cuarto de hora las buenas intenciones saltaron por los aires. El joven Juanpi se deshacía de Juanfran, Rodas y El Adoua en un slalom endiablado y batía con un zurdazo a Jesús, que nada podía hacer para evitar el 1-0. Antes, en el 7, Horta había probado suerte desde lejos y su disparo se había ido desviado por poco.

El Levante mereció más

El Levante se estiró en busca del empate y un centro de Pedro López medido a la cabeza de Martins obligó al Memo Ochoa a lucirse. El testarazo del punta bien mereció el empate; al igual que el disparo de Gavilán al filo de la primera media hora de juego que el meta mejicano del Málaga la sacó arrodillado, metiendo el pie. Xumetra se había colado por la derecha, Martins no había rematado y Jaime, llegando desde atrás, perdonó un remate franco. Lástima. El propio Xumetra probó suerte en el 35, pero cruzó su disparo en exceso.
El conjunto granota dominaba y, sólo su defensa de circunstancias, le creaba algún que otro problema. El Málaga, plagado de jóvenes, lo probaba desde fuera y casi logra el segundo al filo del descanso. El lanzamiento de Horta se marchaba fuera por centímetros y el Luis Alberto directamente se estrellaba en el palo. Con todo, acabaría la primera entrega con un centro larguísimo de Camarasa a pierna cambiada que Rafael no supo enganchar con criterio para igualar.    
La segunda mitad comenzó fría, como una tarde de Reyes cuando sabes que las vacaciones tocan a su fin. Ninguno de los dos conjuntos imponía su juego y las acometidas al área rival eran tímidas. Las ocasiones brillaban por su ausencia hasta que en el 64 Ricardo Horta se inventó un pase por encima de la defensa levantinista para que Juanmi tocara ante la salida de Jesús y su balón se fuera lamiendo el palo. Los quasi impúberes atacantes del Málaga volvían a poner en problemas a la zaga granota.

El Málaga reacciona y sí acierta

Lucas, viendo que el partido se le podía ir aún más, metió de refresco a Rubén García y Víctor Pérez por Gavilán y Camarasa, ambos fundidos. Quedaban 20 minutos para empatar y lo que casi sucede es que el Málaga amplía su ventaja. Jesús, desde el suelo y batido, sacaba un brazo salvador para despejar el remate de Luis Alberto y que La Rosaleda ya celebraba como el segundo. No tuvo que esperar mucho.
El Levante empezó a hundirse físicamente y, tras un pase entre líneas que dejó la defensa en evidencia, Ricardo Horta se presentaba ante Jesús, lo regateaba con habilidad, y establecía el 2-0. Desesperado, Alcaraz sentó a Martins para dar entrada al joven delantero del filial Juan Delgado. Quedaban diez minutos y el partido y la eliminatoria se habían puesto cuesto arriba. El Málaga olió la sangre y se fue a por el tercero, pero el Levante aguantó y tendrá que sufrir en el Ciutat la semana que viene para seguir adelante en la Copa.