Rafael Martins explota y rescata un punto ante el Getafe

El Levante fue incapaz de pasar del empate frente al Getafe en un encuentro en el que, por el estado de forma en que llegaba el rival, el poco fútbol que planteó la escuadra de Cosmin Contra y las buenas sensaciones que habían dejado los de Lucas Alcaraz en anteriores encuentros, la victoria no se le debería haber escapado a los granotas, si bien fueron superiores en el cómputo global de los 90 minutos. Así, el conjunto levantinista encadena dos partidos sin ganar aunque amplía hasta tres puntos la diferencia con los puestos de descenso y, la otra gran noticia, Rafael Martins por fin vio puerta para darle al menos un punto a su equipo.

 El arranque de la primera mitad no tuvo nada que ver con lo que sería el discurrir de estos 45 minutos iniciales. A los cinco minutos, Ángel Lafita disparó al poste tras recoger un balón que ningún defensa levantinista supo despejar. Fue el susto necesario para ponerle las orejas en punta a los discípulos de Lucas Alcaraz que, a partir de ahí, no volvió a conocer el peligro hasta que Melero López indicó el ecuador del partido. Sí que generó algo más de peligro, pero bastante lejos de lo necesario para marcar, el conjunto azulgrana casi siempre con las incursiones de Morales por banda derecha. En una de ellas, el madrileño se ganó la posición para disparar demasiado cruzado al palo izquierdo del marco de Guaita, en la misma portería en que Obafemi Martins le fusiló hace dos temporadas cuando militaba en el Valencia.
El equipo granota intentaba no contagiarse del insulso juego planteado por Cosmin Contra, tan descafeinado que el Getafe ni siquiera contaba con un delantero sobre el tapete. Lafita actuando como referencia arriba y Michel apoyándole en la mediapunta. Cicatería máxima, si bien es verdad que Álvaro Vázquez no llegaba a Valencia al 100% fisicamente. Tampoco le hacía demasiada falta a los azulones para amarrar un empate momentáneo, sobre todo porque el Levante no sabía imprimirle a sus acciones la velocidad necesaria para sorprender, siempre basándose más en un intento de eslalom de Morales o en un balón largo para que Barral prolongase a Casadesús. El gaditano controló uno de esos envíos y cedió atrás para el zapatazo de Ivanschitz, demasiado alejado de entre los tres palos. En el último suspiro del primer tiempo, los de Alcaraz reclamaron una mano de Michel dentro del área pero Melero López no estimó que debiese castigarla.
 La segunda mitad comenzó con Álvaro Vázquez ingresando al terreno de juego en sustitución de Freddy, con lo que el Getafe ya tenía una figura reconocible en al vanguardia. Sin embargo, la primera acción importante del segundo tiempo, que desembocó en el gol visitante, no tuvo como protagonista al delantero catalán sino al máximo artillero azulón Yoda. El Levante por medio de Barral, peleaba una posesión en la frontal del área foránea. Cuando la pelota cayó del lado del Geta, Lacen salió como una exhalación por un carril central deshabitado para enviarle un pase preciso a Yoda. El francés cogió totalmente de imprevisto a la defensa granota y acomodando el cuerpo alojó el balón en el fondo de las mallas tirando con el interior.
Alcaraz movió ficha incorporando a Rafael Martins en detrimento de Barral. No le quedaba otra al técnico granadino. El de Cádiz peleó mucho pero con poca pólvora de cara a portería, una situación que el Levante pretendía invertir con la entrada del brasileño. Comenzó nervioso el atacante procedente del Vitoria de Setubal en una incursión por banda en que, en vez de disparar a la escuadra al primer palo, centró bombeado hacia ningún compañero. Pero le salió bien la jugada al preparador levantinista pues, pocos minutos después, Nikos se sacaba de la chistera un centro medido al corazón del área y por encima de todos emergió una figura, la del futbolista con mas ganas de convertir de la Liga. Rafael Martins envió el esférico a la red de un imponente testarazo. Alegría y rabia contenida al unísimo en la celebración. El Levante quería más pero no se acercó más a la portería defendida por Guaita y no pudo ser.