Adiós por la puerta de atrás y con el peso de una sanción histórica a sus espaldas

Tras los frenéticos últimos días de mercado, el adiós del surcoreano Seung-Woo Lee, considerado durante muchos años como una de las promesas de La Masia y, que a su vez, se convirtió en el futbolista que originó la sanción de la FIFA al club azulgrana, pasó casi desapercibido en el entorno del FC Barcelona.

El delantero asiático, que aterrizó a Barcelona a los 12 años, firmó el pasado jueves 31 de agosto su nuevo contrato hasta junio de 2021 con el Hellas Verona italiano.
El club azulgrana no dio a conocer las cifras del traspaso, pero se reservó una opción de recompra con vistas a las próximas dos temporadas.
El cambio de aires del surcoreano fue discreto, sin reproches hacia al club, al que agradeció su apoyo tanto en los buenos como, especialmente, en los malos momentos.
"No puedo irme sin agradecer a todas las personas que me han ayudado en el Barça, sobre todo en los peores momentos, cuando no podía jugar debido a la sanción de la FIFA", ha explicado Lee, de 19 años, en un mensaje que ha publicado hoy en sus redes sociales.
La carrera de Lee no fue precisamente un camino de rosas. Y eso que desde su llegada siempre fue considerado como uno de los señalados con vistas al futuro. Incluso los más optimistas se atrevieron a compararle con Leo Messi.
Pero si por algo ha sido conocido el delantero asiático en los últimos años es por ser uno de los jugadores que originó la sanción de la FIFA que dejó al Barcelona sin fichar en el mercado de invierno y de verano de 2015.
El caso se originó el 5 de febrero del 2013, cuando el Barcelona fue informado por el máximo organismo del balompié de una denuncia anónima debido a supuestas irregularidades en el fichaje del surcoreano, al que le prohibieron volver a jugar de azulgrana hasta los 18 años.
Desde ese momento, la entidad catalana estuvo en el punto de mira por incumplir supuestamente el artículo 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores, donde se prohíbe las operaciones con menores de edad de países ajenos al club.
El Barcelona pagó por ello y se le prohibió inscribir a jugadores durante el año 2015, una sanción similar a la que el Atlético de Madrid ha empezado a cumplir en la recién terminada ventana de fichajes.
La pesadilla del surcoreano terminó el 6 de enero de 2016, cuando cumplió 18 años y pudo, al fin, volver a enfundarse la zamarra azulgrana en un encuentro, ya fuera oficial o amistoso.
Volvió a pisar el césped de la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí junto a sus compañeros del Juvenil A, bajo las órdenes de Gabri García, entrenador que le ha dirigido en el último año y medio. Ese mismo curso (2015-16), debutó con el filial en el campo del Lleida.
Pero la temporada pasada el surcoreano no dio el salto al Barça B y siguió jugando con el Juvenil A, con el que disputó un total de 30 partidos y anotó 10 tantos.
Este verano era el definitivo para saber si Lee seguía su evolución en el filial, pero tras los fichajes del brasileño Vitinho y el hondureño 'Choco' Lozano, ambos extracomunitarios, el jugador asiático no entró en los planes de Gerard López.
Así fue como el club apuró hasta el último día de mercado para solucionar el futuro del jugador que originó la denuncia anónima que, posteriormente, desencadenó en la sanción de la FIFA.
De la docena de jugadores afectados por la sanción del máximo organismo del balompié solo queda un superviviente en La Masia: el estadounidense Ben Lederman, que este curso jugará en las filas del Juvenil B.
De esta manera, Lee es el penúltimo superviviente afectado por la sanción en dejar La Masia. Antes tomaron la misma decisión sus compatriotas Paik Seung-Ho y Jan Gyeolhee; el holandés Bobby Adekanye, el camerunés Patrice Sousia, los franceses Kayz Ruiz y Theo Chendri, así como Take Kubo y el guineano Abdoul Mazid, que dejó el Barça ante de ser sancionado.
Lee da el salto al fútbol de élite fichando por el Hellas Verona de la Serie A, donde espera tener una oportunidad que le permita demostrar por qué durante tanto tiempo fue apodado como "el Messi surcoreano".