Luis Enrique, en la diana

Tras la dura derrota del pasado martes frente al PSG en el Parque de los Principes (4-0), todas las críticas parecen tener un único destinatario: Luis Enrique. La falta de soluciones tácticas desde el banquillo, expresadas en las palabras de Busquets, "su planteamiento táctico fue mejor, han sabido hacer un plan y llevarlo donde querían", ponen al técnico en la diana. Esta vez ningún miembro de la MSN pudo maquillar el mal juego que el equipo lleva realizando durante muchos partidos esta temporada.

La renovación de Luis Enrique parece cada vez más lejos, cada vez aparecen con más fuerza rumores que apuntan a un alejamiento entre el cuerpo técnico y la plantilla. No encuentra el técnico la solución a por qué el equipo se parte durante los partidos, por qué la circulación de balón es inexistente y el motivo de la falta de consistencia defensiva. A continuación mostramos las grandes cuestiones que se encuentran a debate en el entorno barcelonista a las que Luis Enrique debe encontrar respuesta más pronto que tarde si no quiere que lo que reste de temporada acabe en fracaso:

Los planteamientos tácticos

Condicionado por la MSN, el Barcelona ha perdido ese dominio y circulación de balón que lo hizo reconocible durante la última década. Ya no controla los partidos y apuesta por el intercambio de golpes que a veces sale bien pero otras veces puede acabar en hecatombe, como sucedió en París. Superado durante muchos partidos esta temporada (Atlético de Madrid, Betis, Real Sociedad...), sólo la inspiración de Messi y los goles de Luis Suárez maquillaban este mal endémico que parece haberse instaurado en el equipo. Se han echado en falta soluciones tácticas por parte del cuerpo técnico cuando los partidos giraban peligrosamente hacia el rival. La alternancia de jugadores en una zona tan importante del engranaje de un equipo como es el medio del campo de un partido a otro (Denis Suárez, Rakitic, André Gomes o Rafinha) parece haber confundido al grupo, ya que sólo Busquets e Iniesta parecen indiscutibles.

La pérdida de la presión

El mejor Barça de la historia hizo de la presión sin balón en campo contrario una de las claves de su éxito. El equipo recuperaba la pelota muy cerca de su área, donde la calidad de sus delanteros marcaba la diferencia una y otra vez. Esta temporada se ha visto un equipo partido en dos, sin esa sincronía a la hora de apretar al equipo contrario cuando iniciaba el juego. Algo que quedó muy patente frente a la Real Sociedad en el partido de Liga en Anoeta como el pasado martes en el Parque de los Príncipes. Quizás porque el técnico no ha sido capaz de implicar a las estrellas en la presión coral, quizás porque entiende que es mejor que los rivales se abran para atacarlos con espacios, lo cierto es que el PSG lo tenía bien estudiado, porque no regaló ni le quemó el balón en los pies a los centrales.

Las rotaciones

Quería el cuerpo técnico que el equipo llegará en las mejores condiciones posibles al final de la temporada. Los continuos cambios de jugadores, sobre todo en el centro del campo y la defensa, ya que el tridente apenas rota, han provocado que las alineaciones cambien de un partido a otro, pese a lo que ello pueda condicionar la regularidad del juego del equipo. Además, los fichajes de este año no han dado el rendimiento esperado, pese a que el club realizó una de las mayores inversiones de los últimos años para hacer más amplio un plantel que estaba algo corto de efectivos el curso pasado. Tan sólo Umtiti parece haberse hecho hueco en el once titular, desplazando a Mascherano en los partidos importantes. El resto ha pasado sin pena ni gloria cuando el equipo lo necesitaba

La situación del lateral derecho

Uno de los grandes problemas del equipo esta temporada es la banda derecha. La salida de Dani Alves con dirección a Turín hizo que Sergi Roberto y Aleix Vidal lucharan por ese puesto. Sin embargo, Luis Enrique empezó a no contar con Aleix desde el primer momento, buscando éste una salida en el mercado de invierno. A ello se sumaba el mal repliegue defensivo de Sergi Roberto, al que le cogían una y otra vez la espalda, toda vez que se trata de un mediocentro reconvertido a lateral. Al final, Aleix Vidal consiguió darle la vuelta a la situación y entrar en las alineaciones. Todo se rompió en Mendizorroza, donde el jugador se marchó en camilla del campo, quedándose fuera lo que resta de temporada y quedando el catalán como única alternativa.

La insistencia en André Gomes

Presumía el Barcelona en verano en haberle 'birlado' a André Gomes al Real Madrid. 55 millones tuvieron la culpa de que el portugués aterrizara en el Camp Nou, una decisión adoptada principalmente por Luis Enrique, que pensaba que sería un jugador que se adaptaría a su estilo de juego. Lo cierto es que, seis meses después, la temporada de André es muy pobre. A pesar de todo, el técnico asturiano insiste en colocarle por delante de Rakitic, hasta la temporada pasada titular indiscutible y una de las claves del equipo que ganó el triplete hace dos temporadas. El mediocentro ni aporta toque ni esa verticalidad que le hizo destacar en Valencia. Parece que la responsabilidad y la presión de dirigir el juego del Barcelona le ha pasado por encima.

La tensión con la prensa

La relación de Luis Enrique con los periodistas es prácticamente nula, ya desde su etapa como jugador. A pesar de llevar una buena línea las últimas semanas en las ruedas de prensa, en las que se le notaba un tono mucho más distendido, la derrota frente al PSG hizo que el técnico volviera a adoptar ese tono desafiante ante las preguntas de los periodistas. Lo acontecido en el postpartido con Jordi Grau, de TV3, es sintomático. Sin duda, es algo que no ayuda para rebajar la tensión que hay en estos momentos en can Barça.

Desavenencias en el tema arbitral

Tras las polémicas actuaciones arbitrales de algunos partidos, donde el Barça salió perjudicado, Piqué y algunos pesos pesados del vestuario se quejaron públicamente. Sin embargo, Luis Enrique y la directiva decidieron adoptar un tono más calmado con respecto a esta situación. Al final, ambas partes decidieron no volver a hablar de las decisiones de los colegiados. Sin embargo, esta decisión no acabó gustando a la plantilla, que ve que son los propios jugadores los que tienen que salir a defender los intereses del equipo cuando el técnico no lo hacía.