No era una leyenda: el afán negociador de Lendoiro y su gusto por la noche
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Augusto César Lendoiro mostró su lado más personal en la entrevista de Álex Fidalgo, en su podcast 'Lo que tú digas'. El expresidente del Deportivo ha dejado curiosas anécdotas de su vida nocturna como negociador a la hora de cerrar fichajes o ventas, pero también sobre la vida nocturna en sí. Unas jugosas declaraciones que dan mucho que hablar.
El ocio y la vida nocturna
"Me gusta mucho la noche. Siempre me ha gustado la noche y siempre me ha gustado. No hay que sacarla de contexto. Todo lo que hay alrededor de la noche, también. Me gusta mucho, pero las edades juegan en otros papeles. Me gusta la charla, el cantar, disfrutar un poco del ambiente, y sobre todo la tertulia. Soy un enamorado. Eso trae como consecuencia que pasen horas, si el ambiente es bueno. El récord, pero de trabajo, lo tengo de 9.30 entrar a cenar, los dirigentes de Las Palmas llegaron con un mazo de puros y los terminaron todos. Acabamos a las 12 de la mañana. Estábamos allí y el propietario sabía que ese era uno de los puntos flacos del negocio: que tenía que aguantarme hasta que termináramos. A las 10 de la mañana estuvo a punto de romperse, por el pago de Gabriel Schürrer .
Técnicas para resistir
"Recuerdo alguna vez haber tomado a las 5 de la mañana un par de huevos fritos. El sistema que solían utilizar es venir temprano, dormir dos o tres horas de siesta y llegar frescos a la noche. Era un mundo muy bonito y atractivo, lo disfruté mucho. Lo que pasa es que mucha gente entra ahí pero no sabe de fútbol. Cómo se van a rodear de gente que sabe de fútbol si el primero que no sabe de fútbol es usted. Yo, con mis pocas dotes tecnológicas, no me imagino tener que hacer un casting de gente que pueda ser importante. No es cuestión de dinero, hay gente que sin cobrar es carísima".
Las copas
"No, no me tomaba una copa menos. Tú bebías lo que creías que debías, sin límite. Eso ambienta y acerca posturas. Si todo el mundo está a la defensiva es muy difícil llegar a acuerdos. Somos amigos, nos llevamos bien, nos lo estamos pasando bien, ¿para qué vamos a discutir? Vamos a firmarlo. Además, como es por la noche, nadie te llama por teléfono o te llama a la puerta".
