José Luis Martí: un técnico camaleónico

José Luis Martí ha sido el elegido para ocupar el banquillo del Deportivo de La Coruña. Si bien es cierto que su trayectoria desde la banda es de algo más de dos años y una centena de partidos en Segunda división, ha sido un técnico muy cotizado a lo largo de la temporada. Diferentes equipos han tanteado su situación en distintos momentos hasta que, finalmente, el cese de Natxo González ha propiciado su llegada a Riazor. En este punto, cabe preguntarse: ¿Cuál es su ideario futbolístico?

Si existe una palabra que defina a este entrenador, esa es "camaleónico". Durante su etapa en el Tenerife apostó por un 4-2-3-1. Sin embargo, no suele ser rígido en ese sentido. No se trata de ese tipo de entrenadores que se ciñen a un sistema y trata de adaptar a sus jugadores. Martí trata de emplear dibujos en los que sus futbolistas se sientan cómodos. Incluso a la hora de decidirse por uno en concreto, solo es una guía de partida. No se trata del esquema utilizado, sino de lo que pasa una vez se inicia la jugada.

Para el nuevo técnico del Dépor, un sistema demasiado rígido e invariable puede encorsetar a los jugadores. Estos deben tener cierta libertad para hacer su propio juego y expresarse con el balón en los pies. Sin embargo, en Tenerife sí que acudió a un doble pivote con más funciones de contención para equilibrar el despliegue de sus hombres de ataque. No obstante, cabe pensar que en A Coruña tirará de los jugadores de más talento. La plantilla del Dépor tiene un marcado carácter propositivo y con gusto por la pelota. Se hace difícil pensar en que apueste por algo distinto dada su capacidad para adaptarse a sus jugadores.

La importancia del balón parado:

Otra de las suertes en las que Martí insiste es en el balón parado, tanto ofensivo como defensivo. Es un técnico con gusto por las jugadas de pizarra. En ese sentido, el Dépor cuenta con precisos lanzadores y unos cabeceadores excelsos. Jugadores como Marí, Duarte o Vicente Gómez son grandes cabeceadores de los que el técnico puede valerse. En ese aspecto es similar a Natxo, y en Riazor tendrá armas de sobra para esbozar las jugadas que se le vengan a la cabeza.

Solo el tiempo pondrá en liza si el trabajo del mallorquín es positivo. No obstante, las líneas maestras de su perfil como técnico pasan por dejar que el talento fluya y se exprese. Y de eso el Dépor tiene de sobra.