Una pareja para soñar
Regresó Carlos Fernández al ataque del Deportivo y salió el sol para Quique González en el Carlos Tartiere. La sociedad formada por los dos puntas blanquiazules, a la que hay que sumar la vuelta de Edu Expósito tras cumplir dos partidos de sanción, es el principal arma a la que se agarra el deportivismo para soñar con el ascenso a Primera, ya sea directo –segunda plaza– o disputando el playoff al término de la liga regular.
Carlos Fernández juega y hace jugar, algo que anhelaba un Quique González peleado consigo mismo en el frente del ataque. El indudable talento del punta propiedad del Sevilla FC mejora la calidad de las llegadas deportivistas a las inmediaciones de la meta visitante. Fernández recibe de espaldas, protege la pelota, se gira, observa dónde está su compañero mejor posicionado y consigue hacerle llegar el esférico en buenas condiciones para que, a su vez, este último busque a otro jugador del Dépor o resuelva la jugada.
El mejor ejemplo de la trascendencia del '18' sobre el verde es el gol anotado por el Deportivo en el Carlos Tartiere, una jugada que se inventa Carlos Fernández cuando parece no haber peligro para la zaga ovetense. El sevillano recibe a 40 metros de la meta defendida por Champagne y es capaz de brindarle una asistencia de quilates a Quique González después de que éste trazase un desmarque impecable a la espalda del trío de centrales carbayones.
A Quique González le sienta de maravilla tener de vuelta a su principal socio en la delantera, puesto que, como es lógico, Carlos focaliza la atención de la defensa del equipo contrario y esto proporciona un mayor margen de maniobra al delantero nacido en Valladolid. Ambos se entienden a la perfección y son un argumento de peso para soñar con regresar a Primera esta misma temporada.
