Un punto y gracias

Las cuentas no admitían dudas para el Deportivo: una victoria en El Sadar certificaría la continuidad un año más en la máxima categoría del fútbol español a falta de tres jornada para poner el punto y final a la competición, cumpliendo así el objetivo mínimo marcado antes del comienzo de la temporada. Enfrente, los de Pepe Mel se vieron las caras con un Osasuna que regresaba a casa tras la resaca del descenso matemático a Segunda División con la intención de ofrecer una buena imagen ante sus aficionados. Y la dieron, impidiendo la permanencia de un Dépor extraordinariamente frágil. 

En un arranque de partido para olvidar, Osasuna avasalló al Deportivo con sus ganas de agradar y no tardó en convertir ese deseo en goles con un tanto anotado por Steven en el minuto 4. En un acción aislada que contó con la complacencia de la defensa blanquiazul, la pelota quedó muerta en el corazón del área y el inexperto central local la golpeó con virulencia sin que Germán Lux pudiese oponer resistencia.
El enésimo mal inicio coruñés dio alas a un rival que siguió atacando como si fuese el equipo más necesitado. La falta de puntería osasunista y el nerviosismo herculino marcaron el transcurrir del choque hasta que, en una acción aislada, un centro al segundo palo de Juanfran encontró la cabeza de Guilherme y el brasileño libre de marca mandó la pelota a la red.

El pésimo inicio del Deportivo obligó de nuevo a remar contracorriente.

Con el 1-1 el Deportivo creció alrededor de la pelota. Sin alardes, pero más seguros de sí mismos, los hombres de Pepe Mel incrementaron su presencia en campo rival y generaron cierto nerviosismo en las inmediaciones de la portería defendida por Sirigu a través de centros laterales. La mejor ocasión para ponerse por delante en el marcador la tuvo en sus botas Juanfran, sin embargo la vaselina del lateral madrileño sobre el meta francés se topó con la madera sin que Florin Andone pudiese aprovechar el rechazo. Al descanso se llegaría con tablas en el electrónico.
En el segundo tiempo el equilibrio se hizo patente. Las llegadas a las áreas se redujeron y al Deportivo le costó masticar su juego de ataque en tres cuartos, al carecer de claridad en las botas de Emre Çolak y con un doble pivote poco dado a correr riesgos con el esféricos. Osasuna, falto de futbolistas brillantes en lo técnico en su once, lo fió todo al balón en largo buscando a Kodro y León, la pareja de delanteros de Vasiljevic.
La sucesión de contragolpes no benefició al equipo coruñés, que ofreció metros a la espalda de Juanfran a los locales. Por fortuna para el Dépor, en un saque de esquina ejecutado al segundo palo Albentosa logró cabecear hacia el interior del área pequeña y allí apareció de nuevo Guilherme para, con un ligero toque con su bota derecha, introducir la pelota en la portería local para alegría de todo el banquillo y también de la afición desplazada.
Cuando parecía todo controlado, el Deportivo se condenó a sí mismo anotando un gol en propia portería a la salida de un córner. Juanfran no quería, pero de sus botas salió el tanto del empate y las inseguridades brotaron una vez más.
En una recta final de partido para olvidar, el empate resultó ser el mal menor para un equipo que, salvo catástrofe, se acabará salvando por la pésima temporada de los tres equipos de la zona baja. 

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