Kakuta: "¿Quién no se iría a China si le ofrecen diez veces más?"

Gaël Kakuta (Lille, Francia, 21 de junio de 1991) transporta una mochila cargada de experiencias en el fútbol profesional. El extremo francés atendió a ElDesmarque A Coruña tres días antes de la disputa del derbi gallego entre Deportivo y Celta de Vigo en Riazor (domingo, 18.30h, Riazor) con la intención de profundizar sobre su pasado, su presente y su futuro.

Se cumplen dos meses de su incorporación al Deportivo. ¿Se ha adaptado ya al club y a la ciudad?
- Me siento muy bien aquí. La ciudad me gusta mucho, el equipo ha mejorado en las últimas semanas y el sol comienza a acompañar [risas]. A Coruña es un lugar tranquilo, la gente es amable... Ni mi familia ni yo podemos quejarnos de nada. De hecho mi mujer y mi hijo son los que más se alegran de haber vuelto a España. China es un país con un modo de vida radicalmente distinto al europeo, la forma de ser de las personas allí es especial, pero para mí era menos complicado que para ellos porque durante mi estancia en Asia viajaba cada cierto tiempo a Europa. Ellos dos sí lo han notado más. 
China es solo uno de los seis países en los que ha jugado, ¿echa de menos cierta estabilidad en su carrera?
- Para mi edad sí es cierto que he estado en muchos países, en una gran cantidad de ligas distintas. Ahora mi intención es encontrar un sitio para asentarme con mi familia y poder concentrarme solo en un equipo. Considero que haber jugador en diferentes países, con diferentes culturas, es algo muy positivo. No puedo decir nada malo de ninguno. Tanto dentro como fuera del campo he aprendido una infinidad de cosas que no habría conocido si me hubiese quedado en un sitio fijo. Aunque del mismo modo que tengo esto presente no sería sincero si no te dijese que mi mujer y mi hijo –que ahora tiene dos años– necesitan un hogar donde permanecer durante un tiempo, y A Coruña podría ser ese sitio.
¿Le molesta que le digan que se marchó a China por dinero?
- Me molesta la hipocresía. El futbolista quiere ir a China por el dinero que se está moviendo allí, es evidente, pero también valora conocer una nueva cultura y una manera distinta de hacer las cosas. No digo que esto último sea lo importante, porque no lo es, pero sí influye. Es una elección muy personal. Todo el mundo puede tener una opinión sobre por qué los jugadores nos vamos a China, pero cuando te ofrecen diez veces más allí, ¿por qué no ir? ¿Tú no irías? Imagínate que por hacer tu trabajo te ponen sobre la mesa diez veces tu sueldo y sabes que tu carrera profesional es corta. ¿No te lo pensarías? Probablemente hasta dirías que sí. Yo lo tengo claro: si me lo ofrecieran aquí, no me hubiese ido de Europa porque éste es mi lugar, pero eso no sucede. Es fácil analizarlo desde fuera e incluso criticarlo, pero uno tiene una familia y al final el fútbol es fútbol en Europa y en China.

Gaël Kakuta, extremo del Deportivo (Foto: Óscar Cajide).

¿Le costó más integrarse allí o cambiar el chip al regresar a España?
- Suelo adaptarme bien a los cambios, aunque no niego que la mentalidad china no se parece a la nuestra. Te contaré un ejemplo: en el día a día conservo ciertos hábitos asiáticos que cogí, uno de ellos la comida. Me acostumbré a varios alimentos saludables para los deportistas de élite que merecen bastante la pena. Con esto te digo que al final todo es ir cogiendo cosas de un sitio y de otro para que el proceso de adaptación sea siempre más suave. Además, la cercanía entre los extranjeros en China ayuda mucho. Yo mantengo el contacto con Stéphane M'Bia, un poquito con Ezequiel Lavezzi y también con Aloísio, mis tres compañeros en el Hebei Fortune. Trato de seguir al equipo y también a ellos individualmente porque hacía más vida con los tres que con los futbolistas nacionales. 
No solo ha cambiado de país, también de entrenador hace apenas unas semanas con la llegada de Pepe Mel. ¿Cómo lo ha vivido?
- Para mí son cosas naturales en el deporte. Todos y cada uno de los entrenadores que me han dirigido tienen su forma particular de hacer las cosas, un tipo de trabajo específico, unas ideas concretas. Yo lo percibo, me empapo, y trato de aprovechar las vivencias que voy cogiendo con el paso de los años, siempre con un enfoque positivo. Mi objetivo es crecer como jugador y para ello necesito recoger conceptos e ideas de los técnicos, estoy convencido de que eso me hará un jugador más completo cuando eche la vista atrás al final de mi carrera. 
De sus palabras se desprende pasión. ¿Hasta qué punto ama el juego?
- Me gusta analizar el juego, ver cómo se comportan los demás futbolistas sobre el césped, aprender de ellos, porque de todos se puede sacar algo. El fútbol siempre me ha interesado en todas sus facetas, aunque por televisión solo sigo a equipos en los que he estado o aquellos que me llaman la atención: Chelsea, Barcelona, Juventus y por supuesto los partidos de Liga de Campeones. Además, me encantan los videojuegos como el FIFA y el Football Manager. No sé si cuando me retire querré enfocar mi carrera hacia los banquillos pero sí tengo claro que éste es mi mundo y trataré de seguir vinculado. 
Entiendo que ha disfrutado especialmente el triunfo (2-1) ante el Barcelona...
- Disfruté muchísimo porque para mí es el mejor equipo del mundo. Todos los jugadores del Barça piensan muy rápido, no te permiten tomarte ni un respiro cuando tienen el balón. Ese tipo de fútbol me encanta. Lo que más me gusta de ese estilo es que meten mucho ritmo con y sin balón para no darle tiempo al rival a recuperarse y te hacen sufrir a través de la pelota. 

Kakuta, sobre el césped de Riazor (Foto: Óscar Cajide).

¿Sueña con compartir equipo con futbolistas de ese nivel?
- Mi sueño es volver a jugar en un equipo grande después de haber pasado por muchas ligas y muchos equipos. Quiero volver a mi mejor nivel, superarlo. Trataré de mejorar hasta poder llegar a formar parte de uno de los cinco mejores equipos de Europa.
¿Cómo canaliza uno esa ambición? ¿Puede llegar a convertirse en presión, en ansiedad?
- No noto la presión cuando juego. Por ejemplo, si me toca hacerlo en el derbi, saldré al campo a disfrutar. Obviamente uno sabe lo mucho que se juega porque es un partido especial para nuestra afición. No es una noche más, pero yo no siento ansiedad cuando salto al césped; si la sintiese, mi fútbol sería otro. Trato de divertirme porque sé que si eso sucede saco lo mejor de mí mismo.  
¿Cómo se encuentra físicamente? Ha sufrido varios lesiones durante el último año.
Estoy mucho mejor. Al final de la temporada en China estuve parado dos meses por un problema de tobillo. Me lesioné en el último partido y después los futbolistas tuvimos dos meses de vacaciones que en realidad no lo fueron, porque me pasé siete semanas tratando de ponerme a punto. Así que solo pude desconectar siete días antes de comenzar la pretemporada. Durante todo ese tiempo estuve haciendo trabajo específico con mi entrenador personal, pero no es lo mismo que tener ritmo de competición en las piernas. Por lo tanto sí que hay un choque: llegas aquí sin haber jugado partidos cuando el resto de mis compañeros han trabajado juntos seis meses. Y no solo eso, llego aquí, juego, y tengo que parar por unas molestias. Pero bueno, me encuentro mucho mejor y estoy dispuesto a ayudar en lo que haga falta, por la izquierda, por la derecha o por donde se me pida. 
Sabe que se le exigirá el máximo en este final de temporada.
Sí. Y estoy preparado para darlo todo. Solo pienso en el Deportivo. Deportivo, Deportivo y Deportivo. Es lo único que tengo en mi cabeza ahora mismo. Quiero acabar bien la temporada aquí y sé que puedo hacerlo.
La última. Cuando conoció el interés del Deportivo en el mercado de invierno, ¿qué fue lo primero que le vino a la cabeza?
Si pienso en el Deportivo me acuerdo de Valerón. Cuando era pequeño, encendía la televisión para verlo. Tengo en mente esas grandes noches de Liga de Campeones con él siempre decidiendo bien con el balón en los pies. Era un futbolista especial con el que me gustaría haber jugado.