Como títere sin cabeza
La presente temporada está siendo difícil de llevar para Pione Sisto. Tras apenas entrar en los planes de Antonio Mohamed, tampoco ha empezado de la mejor forma con Miguel Cardoso. Hasta su titularidad este miércoles en Copa del Rey ante la Real Sociedad, tan solo había disfrutado de cuatro minutos sobre el verde, también en Anoeta.
En el envite copero de vuelta se pudo ver a un Pione Sisto ansioso, con unas ganas sobrehumanas de agradar, tanto al nuevo técnico como a una afición que empieza a dudar de su compromiso. Porque el danés vagaba sin rumbo por el terreno de juego del feudo txuri urdin, y aunque gozó de varias oportunidades para marcar, verdaderamente no llevó peligro real a la meta que defendía Miguel Ángel Moyá.
La Real Sociedad se adelantó muy pronto en el marcador, a los diez minutos de partido. Un gol que dejó tocado al Celta, que aun así tuvo la réplica instantes después. La ocasión fue de Pione Sisto, cuyo disparo golpeó en Le Normand y se perdió por la línea de fondo. El extremo se llevaba las manos a la cabeza por primera vez en la noche.
La mejor que tuvo en la primera mitad llegó a la media hora de juego. Un trallazo desde el borde del área que se marchó muy cerca del larguero. Pero nada más lejos de la realidad, sin llevar verdadero peligro a la meta realista. En la segunda parte estuvo a punto de marcar con un lanzamiento de libre directo poco ortodoxo. Pione Sisto golpeó el balón con el exterior de su pie derecho, este hizo una trayectoria algo extraña y se marchó lamiendo la cruceta. Moyá respiraba aliviado, y el futbolista celeste se volvía preso de una desesperación que iba pasando factura.
Tuvo una más antes de que Sánchez Martínez señalara el camino hacia los vestuarios. En el minuto 85, tras una jugada personal, lanzó el balón arriba cuando tenía todo a su favor. El broche final a un partido en el que quedó demostrado que cuando la cabeza no está, los pies tampoco.
