Una goleada nacida en la ilegalidad

El Celta cayó goleado en su estreno en el Wanda Metropolitano, peleó hasta el 2-0 tras haber encajado el primer tanto al filo del descanso. Ese gol nunca debió subir al marcador ante la flagrante falta de Giménez sobre el Tucu. Radoja tuvo en un disparo al palo el empate en la continuación pero fue Vitolo el que apuntilló a un equipo que mereció mejor suerte en su primera visita al nuevo campo del Atlético de Madrid.

No tardó el Celta en comprobar el peligro que genera Diego Costa, una caída a banda del delantero colchonero descolocó a Sergi Gómez, que fue a apoyar a Jonny, y permitió un pase atrás hacía Vrsaljko. El croata dispuso de todo el tiempo del mundo para centrar al área, a donde no llegó Griezmann por escasos centímetros. El Atlético salía con más ritmo al partido. 
En el cinco un error de Roncaglia estuvo a punto de ser aprovechado por Diego Costa, el Celta acorralado en su campo, buscaba aguantar los primeros minutos, siempre intensos de los de Simeone. Se desperezaban los vigueses con las primeras posesiones largas entre la medular y la defensa que no eran capaces de conectar con los tres de arriba. Jonny el más activo de los de Unzué con Lobotka, marraba varios pases hacia Emre Mor.
El Atlético retomaba el control del juego con varios centros peligrosos que metían, de nuevo, al Celta en su cueva pero era Emre Mor el que lograba, con el minuto 20 sobre el reloj, una de las mejores ocasiones del partido. Carrera por el costado zurdo del turco que con asombrosa facilidad se deshacía de sus rivales para buscar un pase raso a la frontal.
Iago dejaba pasar el esférico hacia Maxi Gómez que no acertaba a rematar. El duelo entraba en un impasse donde ninguno de los contendientes era capaz de imponerse sobre el otro. Sin juego los de Simeone estuvieron a punto de abrir el marcador con un testarazo de Godín tras saque de esquina que se marchó pegado al palo diestro de un Rubén que había hecho la estatua ante el remate del uruguayo.

La defensa, a punto de abrir el marcador

Tres defensas, Mallo, Roncaglia y Sergi, fueron los protagonistas de la mejor ocasión celeste. El capitán bajaba el esférico en la esquina del área con destino a Roncaglia. El argentino se aprestó a rematar pero su pie apenas tocó el balón lo que provocó una asistencia involuntaria a Sergi Gómez.
El catalán controló y disparó sobre la escuadra derecha de Oblak pero apareció Godín para tapar el remate de Sergi Gómez. Tucu y Aspas tuvieron sendas oportunidades por parte de un Celta que fue creciendo minuto a minuto. El internacional chileno cabeceó una falta botada por Emre Mor y el moañés mandó a las nubes un robo de Maxi Gómez sobre Godín que permitió una pared entre ambos en la esquina del área rojiblanca.

Aviso y gol rojiblanco

La respuesta colchonera no tardó en aparecer, Diego Costa lograba desmarcarse y recibía un pase en profundidad interceptado por Rubén Blanco, muy atento en la salida de balón. Una jugada que anticipaba el tanto rojiblanco, obra de Griezmann.
El Atlético, en un saque de esquina, encontraba la testa de Giménez, que se anticipaba al Tucu para ceder al segundo palo el balón al francés. Griezmann recibió, dribló para lograr que Hugo Mallo acabase en el suelo y apuntó a la escuadra contraria para marcar, un gol que llegaba en el 44, un auténtico jarro de agua fría para un Celta que había hecho méritos para marcharse con un mejor resultado a los vestuarios.
Si en el tanto de Griezmann los celestes protestaban la clara falta de Giménez en la continuación los de Unzué estallaron por una caída del Tucu Hernández ante Lucas en el área colchonera. Hay contacto, pero en esta ocasión parece que no es suficiente para que Alberola Rojas señalase el punto de penalti.
En medio de las protestas de un desquiciado Iago Aspas, agarrado por un Saúl que pudo ver la segunda cartulina, llegó la ocasión, otra vez a balón parado, de Diego Costa, muy torpe en su remate cuando estaba solo. El delantero mordió el esférico para que acabase muerto en el corazón del área para tranquilidad del Celta.

Del empate al segundo colchonero

Jonny replicó el ataque local con una jugaba en la que encontró a Emre Mor, el turco se perfiló para lanzar un centro directo al pie de Radoja. El serbio conectó con el balón y disparó al palo para que justo después Vitolo pusiese el 2-0 con un sutil remate por encima de Rubén tras un pase por detrás de los centrales de Griezmann.
Al Celta le quedaba media hora para rescatar un punto del Metropolitano pero sus esperanzas duraron cinco minutos ya que el recién entrado Correa marcó el 3-0 en el 62 para sentenciar el choque. El argentino controló en el área, la pelota impactó en el pecho de Roncaglia para recoger el rechace y batir a Rubén.

Cambios incomprensibles

Con todo perdido es complicado entender que el primero en descansar fuese Radoja, sustituido por Brais en el 65 en lugar de Aspas, Lobotka Maxi o Mallo, los más castigados de una plantilla corta. Rectificó poco depués el navarro retirando a un Aspas airado con Alberola Rojas y sus rivales.
Sin nada en juego los minutos pasaban lentamente mientras los técnicos agotaban los cambios, Cabral entraba por Sergi en otra sustitución difícil de comprender y Simeone retiraba a Diego Costa. Oblak mostró sus reflejos a un potente disparo de Maxi.
Nada más sucedió en el debut del Celta en el Wanda Metropolitano, los de Unzué deberán retomar el pulso de la liga ante el Málaga si quieren seguir vivos en una lucha por Europa que se cotiza al alza con el sorprendente Girona de Machín.

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