La titularidad de Rubén reabre la lucha en la portería celeste

Han tenido que pasar casi seis meses para que Rubén Blanco se volviese a sentir, con todas las letras, portero. Desde el 1 de marzo, cuando Berizzo apostó por el canterano nacido en Mos para defender el arco ante el Espanyol, Rubén Blanco no había vuelto a disputar un partido oficial con el Celta de Vigo. Tras su titularidad en Éibar, la lucha por la portería viguesa se reabre.

Sergio Álvarez ha gozado de la confianza de Juan Carlos Unzué en las cinco primeras jornadas de liga, el de Catoira alternó buenas actuaciones por errores infantiles, en una línea similar a la pasada campaña, obviando la Europa League, donde su rozo la perfección.
Unzué advirtió que con dos porteros de nivel similar las rotaciones eran algo que se podía plantear, en Ipurúa le dio la oportunidad a Rubén, un campo y un partido donde se suponía que el juego aéreo iba a ser importante, una faceta en la que el de Mos es superior. Así fue, el juego aéreo, el balón parado fue fundamental, pero Rubén Blanco tuvo un partido plácido.
El mosense apenas tuvo que intervenir y las dos acciones de mayor peligro del Éibar acabaron estrellándose en el palo. Rubén no encajó goles, algo que siempre se valora, es el segundo partido en esta temporada que se logra, tras dejar la meta a cero ante el Alavés. Ruben Blanco y Sergio Álvarez volverán a pugnar por la titularidad ante el Girona, en el caso de que Unzué escoja de nuevo al de Mos, el cambio en la portería del Celta puede ser un hecho.
Rubén ha estado casi seis meses sin disfrutar de un partido oficial, una lesión que se complicó en su cicatrización, le hizo perderse los últimos 17 partidos de la pasada campaña. Los cinco primeros de este curso fueron para Sergio, 22 partidos en los que el joven internacional sub 21 ha tenido que esperar, muchas veces en la grada, para volver a sentir la adrenalina de la competición. El futuro es de Rubén, el presente, contra el Girona se verá.