La Liga sigue sin interesar

Otro partido apático del Celta en La Liga y van... El cuadro celeste dejó claro que lo importante es el partido del jueves. Y es normal, está en juego una final de la Europa League. Sin embargo, la imagen es la de un equipo que se está dejando llevar, sin carácter, sin identidad e incapaz de generar peligro. Sergio evitó que el Málaga se fuera con un marcador más abultado tras la primera parte y el club vigués no tiró a portería hasta el comienzo de la segunda mitad. Cuando parecía que había esperanza para ver una mejor versión del conjunto de Berizzo, Recio dejó el partido visto para sentencia desde los once metros.

 La segunda unidad del 'Toto' sigue sin responder a las exigencias del entrenador. Tras el encuentro contra el Athletic, el técnico le pidió a sus jugadores que reflexionaran e hicieran autocrítica y más de uno no hizo los deberes. El Celta deambuló por el campo en la primera parte: incapaz de enarbolar una jugada, con el balón en campo propio y casi incapaz de dar más de cuatro pases seguidos en del rival. La presión a la salida del balón rival apenas se vio en un par de jugadas. Sergio fue claramente el mejor del equipo en los primeros 45 minutos.
Y es que el Málaga no necesitó demasiado para hacer daño. Con Sandro en estado de gracia, encontró los huecos en la defensa celeste y desde pronto llegaron las ocasiones de peligro para los de Míchel. El ex del Barcelona se plantó solo ante Sergio a los once minutos de encuentro, recortó dentro del área e intentó que el guardameta se tumbara hacia alguno de los lados, pero el 'Gato de Catoira' aguantó el envite del ariete malacitano y puso una mano salvadora que evitó el primer gol de la tarde.
El Málaga encontraba facilidades para servir balones al área por la banda derecha del Celta, donde Jony le ganó el duelo claramente a un Lemos superado y que no recibía toda la ayuda que necesitaba por parte de Bongonda. En uno de los balones que colgó el lateral izquierdo del Málaga, Sandro intentó sorprender a Sergio nuevamente con una espuela de primeras en el primer palo, casi sin ángulo, pero el portero celeste volvió a ser salvador.
A la tercera llegada con peligro del Málaga, llegó el gol. En esta ocasión fue Ontiveros, que realizó una gran jugada individual en la que consiguió regatear a Pape y con un recorte hacia el interior encontró la posición de disparo desde la frontal. Su zurdazo fue imposible para Sergio, que bastante había hecho hasta ese momento. Fue tras el gol cuando el Celta fue algo más reconocible, llegaron las primeras posesiones largas.
Jozabed y Planas empezaron a intentar generar peligro triangulando por la banda izquierda, aunque en ningún momento se inquietó a Kameni. Y es que el conjunto celeste dejó una imagen muy pobre en ataque, lo mejor fue un disparo desde la frontal de Señé, desviado, a los 20 minutos de partido.
Antes del descanso hubo otro momento de microinfarto para el celtismo. Lemos cometió una pifia al retrasar el balón hacia su propia portería, Sandro aprovechó el regalo y se plantó en el área solo ante Sergio, pero el de Catoira volvió a taponar un nuevo remate del enrachado goleador del Málaga. Se llegó con el 1-0 al descanso pero la sensación era de que los locales podrían haberse ido con una mayor ventaja.
La segunda parte empezó con un Celta más reconocible. Consiguió realizar una posesión larga en campo contrario y terminó sacando una falta peligrosa en la frontal. Marcelo Díaz estrelló el balón en el poste. Era evidente que si el Celta era el Celta podría competir en La Rosaleda. Pero a la siguiente jugada el Málaga casi cerró el partido. El colegiado señaló penalti de Cabral sobre Sandro por un pisotón dentro del área y Recio se encargó de marcar la pena máxima.
Ese atisbo de ver al verdadero Celta se desvaneció. Ni tan siquiera Berizzo intentó hacer reconocible al equipo, ya que hizo los cambios pensando en Manchester: Cabral fue el primero en irse al banquillo por Roncaglia, tocaba administrarlo para tenerlo el jueves fresco. Jozabed parecía el único con ganas de cambiar el previsible guión del partido, pero le faltaron acompañantes. Un cabezazo de Planas a una falta servida por el andaluz fue lo mejor que dejó el Celta hasta el pitido final.
El Málaga estaba cómodo con el resultado y la dinámica del partido. Luciéndose, gustándose. Buscaba el tercer gol pero más como una forma de seguir con la fiesta que era La Rosaleda que por necesidad. El Celta tampoco ofrecía demasiadas complicaciones. La celebración local solo se vio interrumpida por una lamentable tangana con Eduardo Berizzo en el ojo del huracán. La jugada terminó con amarillas para Guidetti y Recio y con el 'Toto' expulsado. 
El partido parecía que se iba a cerrar con una gran ocasión de Beauvue sobre Kameni, en la jugada en la que más se tuvo que esforzar Kameni en todo el partido. Sin embargo, en el 92, Sandro consiguió hacer su tanto tras una triangulación por la banda izquierda. Juancar sirvió al corazón del área y ahí apareció el goleador local para empujar la pelota al fondo de la portería y poner el 3-0 definitvo. La "guinda" final para un partido para olvidar.
 

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