La permanencia se tiñe de amarillo

La justicia fue amarilla. El Cádiz CF superó al Villarreal CF en un partido en el que supo plantar cara a un rival de un enorme nivel a base de fútbol, de corazón y de mucha fe. Un gol de Sobrino en el último momento da tres puntos que sirven para salir momentáneamente del descenso y para hacer bueno el trabajo del equipo.

El partido estuvo marcado desde el inicio por el fuerte viento y por una lluvia incesante. Mientras que Sergio González apostaba por el mismo bloque de las últimas jornadas Unai Emery daba refresco al equipo después del partido ante la Juve. El Cádiz ya había avisado con un disparo lejano de Alcaraz en el inicio y Chust obligó a lucirse a Asenjo en el minuto 10 con un buen cabezazo.

El césped estaba aguantando bien en los primeros minutos pero la lluvia era una circunstancia que estaba alterando claramente un desarrollo del partido. A pesar de todo, el Cádiz estaba siendo capaz de llegar y Espino malogró una gran ocasión en el minuto 22 delante de Asenjo. El propio uruguayo evitó un gol en las siguiente jugada en una buena combinación del Villarreal.

A pesar del gran equipo del Villarreal el Cádiz estaba teniendo las mejores ocasiones. Idrissi rozó el gol en el minuto 36 con un buen disparo. Una vez más el equipo estaba demostrando tener recursos y personalidad para plantarle cara a un grande.

A pesar del gran equipo del Villarreal el Cádiz estaba teniendo las mejores ocasiones. Idrissi rozó el gol en el minuto 36 con un buen disparo. Una vez más el equipo estaba demostrando tener recursos y personalidad para plantarle cara a un grande.

El escenario no cambió demasiado en la segunda parte. El Cádiz seguía llevando la iniciativa, aunque le costaba crear ocasiones para adelantarse. Alcaraz le quitó sin querer un remate a Lozano en el minuto 50 tras un buen centro de Alejo.

Empezaron los cambios y el Villarreal sacaba a toda su artillería. Daban miedo los nombres de los jugadores que salían del banquillo de Emery, pero el Cádiz seguía siendo un equipo sólido y no dejaba huecos para que se impusiera la calidad de los visitantes.

Idrissi puso en apuros en Asenjo con un buen disparo en el tramo final y fueron varias las contras que se quedaron en nada. Parecía que iba a ser otro día de buenas sensaciones y de frustración, pero Rubén Sobrino marcó en el segundo palo tras un servicio de Lucas Pérez y se desató la locura en el estadio. Era el premio merecido para un equipo que no se va a rendir.