El Cádiz se deja empatar un partido ganado

Un partido que estaba ganado en el minuto 88 con un resultado de 3-1 terminó con un empate dolorosísimo para el Cádiz. En dos acciones aisladas el Mirandés fue capaz de sacar un punto que sabe a casi nada a un equipo que había hecho los deberes con mucho sufrimiento.

El Cádiz saltó al partido con chispa y mucha intensidad. Volcaba sus ataques por la izquierda en la persona de Perea. El equipo amarillo tocaba con velocidad y daba la sensación de peligro en sus primeras llegadas.

El Mirandés tardó poco en demostrar que llegaba con las ideas muy claras y con varios jugadores sin el menor complejo para hacer daño en cuanto cruzaban el centro del campo. Lo de Iraola sabían qué hacer con el balón y amenazaba con poner las cosas muy complicadas.

Después del primer cuarto de hora, el Cádiz ya había perdido esa fuerza inicial y sufría en sus carnes el buen trabajo de los visitantes. El equipo ya no llegaba, corría detrás de la pelota y Cervera se levantaba del banquillo para hacer correcciones en un equipo que había ido de más a menos.

Antonio Sánchez tuvo la primera ocasión del partido en una buena contra, pero su disparo con la zurda se marchó fuera por poco. Era el minuto 21 y daba la sensación de que el partido estaba donde quería el Mirandés. El Cádiz sólo inquietaba cuando el balón llegaba a Perea.

El conjunto gaditano estaba muy incómodo porque el rival no le daba espacios. Se echaba de menos el desequilibrio de Salvi en un partido cerrado. Alejo se dejaba notar con alguna buena internada, pero fallaba en el servicio final. El primer disparo a portería del Cádiz llegó en el minuto 38, pero fue un cabezazo sin peligro de Cala a la salida de un córner.

La cosa no pintaba bien, pero la suerte cambió en el minuto 40. Un centro de Espino fue rematado en el segundo palo por Lozano, que ponía por delante a los amarillos en un partido que estaba siendo algo angustioso. Pero la alegría duró poco porque en la siguiente jugada empataron los visitantes con un disparo de Merquelanz en el que la defensa dio facilidades.

El Cádiz había hecho lo más complicado, pero no se pudo ir ganando al descanso por un mazazo que había hecho mucho daño a los amarillos.

Por suerte, las cosas empezaron bien tras la reanudación. Una falta lateral lanzada por Álex acabó en gol con un remate de cabeza de Rhyner en el segundo palo. La mala noticia es que quedaba casi toda la segunda parte y que el Mirandés ya había demostrado que era capaz de complicar mucho las cosas.

Los errores propios no forzados se multiplicaban, quizá por los nervios de sacar adelante un partido que valía mucho. Cifuentes evitó el empate con una buena estirada a un remate cruzado de Kijera. El Mirandés apretaba y el Cádiz no ofrecía la seguridad de otros días.

La segunda parte se podía hacer muy larga y se necesita otro gol para no sufrir más de la cuenta. Tras unos momentos de agobio, el equipo se recompuso cuando quedaban todavía 20 minutos. Sergio González se marchaba lesionado y Cervera metía a Pombo para que Álex retrasara su posición.

El Mirandés metía miedo a base de acciones a balón parado y ya al Cádiz le costaba mucho llegar. El gol de la tranquilidad no aparecía y el cadismo se preparaba para un final de infarto. Un pase genial de Pombo acabó en un golazo de Nano Mesa a la contra.

Parecía ganado con 3-1. La emoción la ponía Guridi con un gol después de otro gran disparo de Merquelanz y lo inexplicable llegó en el minuto 96, cuando una falta en la que Cifuentes no salió y mal defendida por Cala y por Iza acabó en un gol de Odei. Decepción máxima de un equipo al que ahora no le sale casi nada bien.