Jeison Murillo, del Carranza al Camp Nou
"El sueño es vestir esta camiseta. Tengo medio curso para demostrar que me lo merezco. Trabajaré para estar más tiempo aquí". Hablaba Jeison Murillo en su presentación como nuevo jugador del FC Barcelona. Un dulce premio para el central colombiano, que en su día, cuando no era más que un novato en el mundo del fútbol, vistió la camiseta del Cádiz CF.
"Se me abre la puerta más grande que se puede abrir en el fútbol. Es un sueño cumplido. Significa mucho para mí. Queda en mí demostrarle al míster y al equipo por qué fui el elegido para vestir esta camiseta", aseguraba orgulloso Murillo ante los cientos de periodistas de diferentes medios de comunicación que se daban cita en la sala de prensa del Camp Nou.
Muy diferente que cuando se unió al Cádiz, allá por 2011. Entonces, Jeison Murillo contaba con tan solo 19 años de edad. Llegaba al conjunto amarillo en calidad de cedido procedente de filial del Granada, aunque sus derechos pertenecían al Udinese italiano, que por aquel entonces tenía en el conjunto nazarí una especie de subcontrata en España.
El Cádiz era equipo del Grupo IV de Segunda B. Aquella temporada, con el cafetero en sus filas, los amarillos se proclamaron líderes, pero cayeron en la final por el ascenso hasta en dos ocasiones. Primero en la eliminatoria entre campeones, en aquel encuentro para el olvido ante el Real Madrid Castilla; posteriormente, ante el Lugo en aquella fatídica tanda de penaltis en el Carranza.
Tras su año a préstamo en el Cádiz, Murillo hizo las maletas para marcharse nuevamente cedido, esta vez a Las Palmas, que militaba en Segunda. En su única temporada en las islas se convirtió en líder de la zaga grancanaria. Disputó los play off, pero cayeron en semifinales ante el Almería, que acabaría logrando el ascenso.
Sin embargo, su buen hacer tanto en Cádiz como en Canarias le valió una oportunidad en el Granada, en Primera. Dos temporadas jugó en Los Cármenes, hasta que le llegó la gran oportunidad de su vida. O eso pensó. El Inter de Milán, un coloso venido a menos, se hacía con sus servicios. En Italia no hizo más que crecer, lo que llevó a Peter Lim a desembolsar 12 millones de euros para cerrar su fichaje por el Valencia en el verano de 2017. Ahora, tras una temporada y media como che, tendrá la oportunidad de jugar como cedido en el Barça.
