Cambios con derecho a duda

El Cádiz regresó de tierras baleares con la derrota en el bolsillo tras un mal partido que se escapó en la recta final. Además de los tres puntos perdidos, el equipo dejó una sensación de debilidad, tanto sobre el terreno de juego como en el banquillo. Los cambios realizados en el segundo acto del choque por el técnico Álvaro Cervera no terminaron de encajar ni de agradar a la afición amarilla.

Si algo está claro es que un técnico siempre va a elegir el mejor camino para su equipo a lo largo de un partido y durante la temporada. Así lo ha demostrado siempre Álvaro Cervera desde que aterrizara en la Tacita de Plata.

En este inicio de curso, el Cádiz no termina de arrancar. Ni en juego, ni de cara a portería, tras haber materializado solo tres goles en cuatro partidos, dos de ellos a balón parado. En Mallorca, los cambios tuvieron lugar en el transcurso del segundo tiempo, antes de que los baleares anotaran el tanto del triunfo en el último suspiro.

Unos cambios que no terminaron de agradar, quizá por el momento del partido o por la intención que se buscaba con ellos, pero dieron la sensación de no haber sido la mejor de las opciones.

El primero de ellos fue el de Mario Barco por Salvi en el minuto 56. El nuevo delantero amarillo no está teniendo un buen inicio de curso de cara a portería, pero su esfuerzo y derroche son incontestables.

Otro de los cambios discutidos fue el de Manu Vallejo. El canterano está de dulce y es un continuo quebradero de cabeza por el costado izquierdo. Ante el Mallorca mantuvo su línea, pero Cervera decidió sustituirlo para dar entrada a un Dani Romera que no ha entrado en liza en este comienzo.

Por último Karim Azamoum entró al verde en detrimento de José Mari, quizá el cambio con más sentido, para dar refresco y buscar más profundidad en ataque.

Sobre la bocina, llegó el tanto del Mallorca. Volvió a escaparse un punto en la recta final, pero la derrota, quizá, no es lo único que ronda en la cabeza de los cadistas.