Ni las guerras internas ni el Córdoba pueden con un gran Cádiz
Tener en el equipo a Cifuentes, Álvaro Garrido y Salvi sigue siendo un valor seguro. Como también a gente consagrada como Garrido, Servando o Carpio. Y si además llegan y despuntan jugadores como Barral o Marcos Mauro, miel sobre hojuelas. El Cádiz comienza la temporada con un triunfo de equipo solvente que permitirá que se acabe la preocupación en el cadismo por los cambios en la plantilla.
Las cosas no pudieron empezar mejor porque antes de que se cumpliera el primer minuto ya estaba por delante en el marcador. Salvi firmó una galopada espectacular, con cambio de ritmo incluido, y su centro acabó en gol con un gran remate de Barral de primeras. El isleño marcó en su primer disparo a puerta de la nueva temporada.
Como no podía ser de otra manera,el equipo local reaccionó y metió en problemas al Cádiz, que en cualquier caso se encontraba cómo sin el balón porque su ADN parece no haber cambiado. Sólo se le podía recriminar al conjunto cadista en los primeros compases del encuentro que no fuera capaz de tener más la pelota para alejar el peligro cerca de la portería de Cifuentes.
El conjunto blanquiverde era guiado por Javi Lara, que repartía bien el juego a las bandas. Cuando eran otros los compañeros que tomaban el mando, el equipo de Carrión abusaba del pelotazo, agobiado por el hecho de ir por detrás en el marcador desde tan pronto. Al Cádiz se le veía muy tranquilo, con las ideas muy claras y Álvaro García dio otro aviso a los 21 minutos con un lanzamiento desde el borde del área que le salió algo centrado.
El segundo pudo llegar al filo de la media hora. Álvaro García robó un balón, José Mari dio un gran pase a Salvi y el excelente centro de éste parecía que iba a acabar en gol con un remate a placer de Aitor García en el segundo plano, pero Joao Afonso lo impidió en el último momento. Cada llegada al área por parte del Cádiz olía a gol, mientras que el Córdoba no ponía en aprietos reales al cuadro amarillo.
La pinta es que estaba más cerca el segundo y así fue. En el minuto 34, otra gran acción de los amarillos terminó en gol. Barral peinó un balón hacia Salvi, que firmó otra jugada espectacular y su centro lo marcó en boca de gol Álvaro García. La tarde estaba redonda, pero acto seguido llegó la mala noticia de la lesión de José Mari, que fue sustituido por Abdullah.
El Córdoba reaccionaba dando entrada a Jona en lugar del defensa Afonso incluso antes del descanso, pero darle más espacios al Cádiz entrañaba mucho peligro. Cada llegada cadista era un peligro tremendo y pudo llegar el tercero con un centro de Álvaro que no pudo rematar Barral cuando la afición amarilla ya cantaba el gol. Los últimos minutos del primer tiempo fueron de asedio local y Cifuentes tuvo que intervenir para detener un buen remate de cabeza del Córdoba.
Un gran reto
El reto en la segunda parte era mantener la ventaja sin caer en la tentación de darle la opción al rival de embotellar a los cadistas. El escenario no cambió en demasía en los primeros minutos, aunque el Cádiz se llevó otro palo en forma de lesión porque Salvi pidió el cambio a consecuencia de lo que parecía un golpe de calor que no le dejó seguir en el campo.
Esto provocó un cambio en el dibujo del equipo, que pasó a tener a Aitor en la banda derecha, Álvaro por la izquierda y un centro del campo con Garrido, Álex Fernández y Abdullah más cerca del área rival. Parecía una apuesta por la contundencia y la posesión, pero el Córdoba tuvo la ocasión más clara en el minuto 56, con un remate de cabeza de Alfaro que habría acabado en gol de no ser la impresionante actuación de Cifuentes.
Cuando quedaba media hora para el final, el juego se desarrollaba casi todo el tiempo en el campo del Cádiz, aunque a excepción de ese cabezazo de Alfaro, no era un dominio que se tradujera en ocasiones muy claras. Un disparo de Pinillos con la derecha pasó cerca del larguero cadista en el minuto 65. Era inevitable pasar algunos apuros, como con un lanzamiento cercano de Guardiola en el minuto 69, porque el balón casi siempre estaba en los pies de los jugadores locales. Por suerte, el disparo se fue muy alto.
El Cádiz le ponía pausa al partido con alguna oportuna pérdida de tiempo, pero no era capaz de meter el miedo con alguna contra. Cifuentes era el mejor de la segunda parte porque en el minuto 75 evitó otro tanto a un remate de Guardiola de cabeza. Quedaba un cuarto de hora para el final y Cervera veía que tenía que darle consistencia al equipo, por lo que dio entrada a Correa por Aitor García.
El marcador no se movía, pero seguían los problemas porque Barral tenía que abandonar el campo en camilla por un problema en el tobillo izquierdo y el equipo se quedaba con diez a falta de diez minutos. Volvió a entrar en el minuto 84 visiblemente dolido en un momento en el que daba la sensación de que al Córdoba se le empezaban a acabar las ideas. Apostaba por los balones colgados al área y ahí cuando no se imponía la defensa amarilla, lo hacía un imperial Alberto Cifuentes.
Los minutos finales fueron de acoso total de los cordobesistas, con el Cádiz defendiéndose sin el menor pudor. Hasta el final, Cifuentes fue el héroe cadista. Ya en la prolongación detuvo un lanzamiento cercano de Jona, que se fue con mucho oficio de Lucas Bijker. No pudo evitar el tanto de Markovic en la siguiente jugada, per no había tiempo para más en un partido que vuelve a situar al Cádiz en el lugar que merece su afición, que ha sufrido mucho en un verano para el olvido.
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