Ni los cambios de sistema pueden con este Cádiz

Desde que llegara al banquillo del Cádiz CF al final de la temporada pasada, Álvaro Cervera se ha caracterizado por ser un entrenador fiel a sus ideas y que no se deja influenciar por el rival que tiene enfrente. Pero este domingo, el técnico cadista modificó el sistema que venía utilizando las últimas semanas para contrarrestar el potencial ofensivo del Girona. Y el experimento no pudo salirle mejor.

El conjunto dirigido por Pablo Machín llegaba a la cita de Montilivi como un tiro tras ganar sus cuatro últimos encuentros con solvencia y demostrando que este año parece que sí va a ser el definitivo. El arsenal ofensivo del Girona no tiene límites y es un equipo capaz de crear peligro en el área rival de cualquier forma. De hecho, es el equipo que más remates realiza de toda la categoría de plata.
Cervera era consciente de ello y por eso optó por cambiar el dibujo para contarrestar el potencial en ataque del conjunto catalán. El técnico cadista renunció a sus principios del 4-2-3-1 clásico con dos bandas rápidas para sorprender al rival al contragolpe, por un 5-3-2 con el que reforzaba la parcela defensiva y con el que parecía que iba a mermar su potencial ofensivo.
La gran sorpresa de la alineación fue el debut del fichaje invernal Iván Malón. Cervera le daba la alternativa al valenciano como carrilero derecho y desplazaba a Carpio al centro de la defensa junto a Aridane y Sankaré. Además, el preparador amarillo también reforzó el centro del campo con una línea de tres mediocentros formada por Garrido, José Mari y Abdullah.
Una decisión sorprendente, pero que no le pudo salir mejor. El resultado está a la vista. Una victoria en un feudo en el que nadie se había llevado el triunfo este curso y una demostración de que a este Cádiz en racha no le afectan ni los cambios de sistema.