El árbitro empuja al Cádiz a una injusta derrota en Getafe

Si hay que perder, que sea así. El Cádiz cayó en Getafe en un partido marcado de alto nivel en el que el árbitro se erigió en protagonista en el tramo decisivo al anular un gol a Ortuño por un fuera de juego muy dudoso y al pitar otro penalti que había que ver repetido en muchas ocasiones. Un castigo injusto para un Cádiz que mereció mucho más.

Desde el inicio se vio un Cádiz con las ideas claras y con mucha personalidad. El primer remate a puerta fue un cabezazo de Ortuño sin peligro, pero que era una señal de que el equipo amarillo no llegaba para especular. En los primeros minutos el balón era de los visitantes, que llegaban con frecuencia y con peligro, aunque el Getafe avisó también con los disparos de Molina y de Buendía antes de que se cumplieran los primeros diez minutos de partido.
Y acto seguido llegó el primer gol del partido. Un pase filtrado al interior del área sin aparente peligro se convirtió en una ocasión ideal para Jorge Molina por un desafortunado resbalón de Sankaré. El exbético no perdonó y marcó por alto en una acción imposible para Cifuentes. Una jornada más el Cádiz tenía que remar contra corriente, en este caso fuera de casa y contra un rival de nivel.
El Cádiz tenía que reponerse de un palo muy fuerte pero el equipo daba muestras de una gran madurez. Sin ponerse nervioso y apostando por el toque, seguía llegando por las dos bandas. El Getafe mantenía la líneas juntas y parecía estar cómodo, pero sufría con las internadas de Salvi y Álvaro García. Tuvo una buena ocasión Brian Oliván en el minuto 23 con un lanzamiento lejano. Sería la antesala del gol de Sankaré, que marcó con un fantástico cabezazo en el córner posterior, lanzado por Salvi.
Era un partido nuevo y ahora el Getafe quien tenía que reaccionar. El rumano Anton golpeaba con peligro en el minuto 25, pero Cifuentes despejó el balón. Se estaba viendo a dos equipos que no echaban el ancla en ningún momento. El equipo de Bordalás recuperaba el mando a la media hora de juego y sin muchos merecimientos era capaz de ponerse de nuevo por delante con un gran gol de Buendía, que superó el acoso de la defensa cadista y la cambió de palo. Otro reto para el equipo cadista.
En este caso sí dio la impresión de que hizo mucho daño al Cádiz, que le costó recuperar el balón en los minutos siguientes al gol. El Getafe poblaba el centro del campo con la movilidad de Anton y Chuli y siempre contaba con la eficacia del veterano Lacen en la destrucción. El equipo de Cervera insistía con su estilo, pero le costaba crear peligro en los últimos minutos del primer tiempo para conseguir el empate.
El Cádiz tenía que remontar en la segunda parte, pero el primer palo era la lesión de José Mari, que tenía que salir del campo al inicio para que lo sustituyera Eddy Silvestre. Pero los amarillos no se rendían y dispondrían de una triple ocasión en el minuto 58. Salvi se quedó solo delante de Alberto después de un buen robo de balón, pero el portero despejó su primer remate, Ortuño no pudo rematar en segunda instancia y el disparo final de Imaz, que había entrado por Cruz, se fue alto.
El escenario ya era distinto porque el Cádiz era el único que exponía. El Getafe no quería correr muchos riesgos, aunque no renunciara del todo al ataque. El equipo gaditano tenía que superar a un rival que estaba bien posicionado en defensa, pero lo daba todo con la entrada de Aketxe por Salvi. Y el bilbaíno no pudo empezar mejor porque marcó un golazo en el minuto 70 en un lanzamiento de falta excepcional.
Nuevamente un giro en el guión, pero el Cádiz ya había entrado en la dinámica de ir a por el partido y con 20 minutos por delante no tenía la intención de meterse atrás. Álvaro García jugaba en la banda derecha, Imaz por la izquierda y Aketxe en la mediapunta por detrás de Ortuño. El partido se rompía por momentos y aunque eso no le suele gustar a Cervera, daba la impresión de que eso convenía a su equipo.
Ya los últimos minutos eran de mayor contención, aunque el Getafe hacía lo posible por buscar la portería de Cifuentes. Eran ataques de mucho centro lateral, mientras que el Cádiz salía a la contra con mucho peligro. A sus armas habituales se unía la calidad de Aketxe, que enlazaba bien con Álvaro García. El utrerano tuvo una gran ocasión en el minuto 87 y la jugada acabó en gol de Ortuño, pero fue anulado por un fuera de juego más que dudoso.
En el tramo final pudo pasar de todo. Portillo tuvo una ocasión tras un gran pase de Molina, pero Brian Oliván se cruzó de manera providencial. Parecía que la cosa acabaría en empate, pero el árbitro decidió pitar penalti en una acción en la que Gorosito y Cifuentes buscaron un balón que había quedado suelto. Jorge Molina no perdonó y el Getafe se quedó con tres puntos inmerecidamente por la incidencia arbitral y por el buen partido de los amarillos.

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