El Cádiz confirma que llega muerto al play off

El Cádiz se ha encargado de acabar con esa corriente de optimismo que ha partido desde el club y desde los aficionados más incombustibles. En otro partido lamentable perdió contra el UCAM y gritó a los cuatro vientos que llega al play off dando pena.

El partido comenzó muy abierto, algo sorprendente sabiendo los números que tiene el UCAM en la parcela defensiva. El balón iba de un área a otra con mucha alegría, quizá algo lógico para un equipo como el Cádiz, que no se jugaba nada, pero no en su rival. 
En teoría era un partido de ensayo para el play off y Álvaro Cervera lo usó para experimentar. A Jandro se le veía por la izquierda, Mantecón llevando la manija, Carlos Calvo casi como el hombre más adelantado... y Román ni siquiera se sentaba en el banquillo. 
La primera ocasión clara fue del Cádiz. Un buen pase de Abel Gómez a Salvi terminó en gran oportunidad porque el sanluqueño se fue de su par y le dio el pase de la muerte a Pla, pero el disparo de éste lo rechazó un defensa. Corría el minuto 10 y se veía que esa conexión puede ser vital en el play off. A Salvi se le volvía a ver con chispa y desborde. Al menos un motivo para la esperanza.
Al partido no le faltaba intensidad. A falta de ocasiones y de un juego muy vistoso, sí había acciones bruscas y se palpaba que no era un partido más. No había ritmo y estaba claro que el balón parado iba a ser clave. Un disparo de Carlos Calvo en el minuto 25 se marchó por muy poco y el UCAM se adelantó en el minuto 31 en un córner. Lo lanzó Góngora y Pallarés remató en el segundo palo sorprendentemente solo.
En los minutos siguientes el Cádiz no era capaz de enlazar dos pases seguidos, afectado por el tanto. Se fue templando y antes de descanso volvía a llevar el mando, pero con el visto bueno del equipo murciano, que sabe estar perfectamente sin la pelota. Era un acoso a base de vergüenza torera, más de que juego. Y así se llegó al descanso, con la sensación de que al rival le bastaba con muy poco para imponerse en el Carranza.
A balón parado pudo llegar el empate del Cádiz, que salió más enchufado el descanso. Un córner lanzado por Carlos Calvo lo remató Servando, solo, pero su cabezazo picado le salió muy centrado y lo pudo despejar Biel Rivas. 
Álvaro Cervera quería ir a por el partido y quitaba a Jandro para dar entrada a Álvaro García. El utrerano ocupó un puesto junto a Lolo Pla en el ataque, quedando la banda izquierda para Carlos Calvo y la derecha para Salvi. De Jandro, una semana más, nada que decir. Otro partido a la basura de un jugador que, por el momento, no ha demostrado el motivo por el que Enrique confió en él en enero. Hasta hoy, incomprensible.
Lamentablemente, no es Jandro el único que no está dando el resultado esperado. Realmente sería más fácil decir quién lo está haciendo porque se podrían contar los dedos de una mano, siendo generoso. El Cádiz lo estaba intentando, pero fue el UCAM el que mató el partido en una acción aparentemente sin peligro. Un balón que quedó suelto en la frontal del área y Manolo, con una vaselina espectacular, superó a Cifuentes, que estaba algo adelantado.
Esto desató las iras del público, que volvió a pedir la presencia del Cádiz B en el campo, como ya ha sucedido en demasiadas ocasiones en la presente campaña. Otro partido donde se ve que este equipo no da la talla cuando está enfrente un rival de cierta enjundia.
En los últimos minutos el equipo lo intentó, pero fue absolutamente previsible y ante un rival que se las sabe todas no tuvo nada que hacer. Un tiro inocente de Álvaro García y pare usted de contar. El cadismo intenta ilusionarse, hace esfuerzos titánicos, pero basta con ver al equipo para volver a la cruda realidad. Al borde del precipicio en el momento más importante de la temporada.