Derrota en La Línea para confirmar la inconsistencia de un Cádiz ramplón

El Cádiz confirmó en La Línea que aspirar a la primera plaza es una quimera y que, con suerte, sólo va a lograr meterse en el playoff. Se puso por delante con un gol de Güiza, pero le remontaron y nunca dio sensación de poder empatar. La enésima decepción.

El partido, como se podía esperar, empezó con los locales volcados para intimidar al equipo de Claudio Barragán. Sin embargo, la primera ocasión fue del Cádiz en una acción en la que una mala cesión de la defensa linense acabó con un disparo de Güiza que rechazó con apuros Mateo. Juampe puso la réplica, pero su disparo se marchó fuera. 
El Cádiz se animaba a triangular cuando podía, pero en los primeros compases todo estaba muy igualado. Mucho balón parado y poca claridad en las jugadas. Los amarillos no eran capaces de imponer su juego, pero tenían más capacidad de llegada. Lolo Pla tuvo una buena opción en el minuto 22 en una combinación con Güiza, pero su remate lo sacó a córner un defensa.
Y más cerca todavía estuvo Jandro al filo de la media hora. Un centro del exjugador del Huracán no encontró rematador en el área pequeña. Esto hizo que el partido se abriera y esto le dio más ocasiones a la Balona. Cifuentes tuvo que emplearse en un buen centro que remató Stoichkov. El gol estaba al caer y lo logró Güiza en el minuto 33 con un disparo raso y cruzado, aprovechando un balón que había quedado suelto al borde del área.
Era el premio a la insistencia amarilla, pero el equipo amarillo estaba concediendo mucho, como en Sevilla, y la Balona lograba empatar en el minuto 36 en una acción en la que Stoichkov marcó en el segundo palo tras un balón cruzado de José Ramón. Como pasó contra el Betis B, el Cádiz invitaba a su rival a jugar un partido con muchos espacios como pensando que saldría ganando en el cuerpo a cuerpo. Cierto es que los de Claudio habían forzado diez córners en el primer periodo, pero se echaba de menos un mayor oficio para dormir el partido cuando logra ponerse por delante.
El Cádiz daba muchas opciones por la banda de Pavez y tampoco estaba muy vivo el equipo en el rechace. Palancar centró a la frontal antes del descanso y Gabriel remató de volea y el balón se fue al lateral de la portería de Cifuentes. Una jornada más, el Cádiz daba vida a su rival con una fragilidad que no era propia de un equipo que aspira a ascender. La Balona estuvo cerca de levantar el partido con un disparo de Juampe que se marchó arriba, ya con el tiempo casi cumplido. El primer periodo dejaba malas sensaciones porque el fantasma de lo vivido en Sevilla volvía a aparecer.
El inicio de la segunda mitad fue una continuación de lo que se había visto en los últimos minutos del primer tiempo. Claudio no había sido capaz de transmitir a sus hombres la urgencia por mejorar en la parcela defensiva. Nada más empezar se vio otro disparo de Gabriel, increíblemente solo al borde del área sin que nadie saliera a plantarle cara.
El Cádiz quería espabilar y daba el susto a través de Güiza, que remataba en el segundo palo un servicio de Lolo Pla. El lanzamiento le salió blandito y llegó cómodo para Mateo. Gabriel, de la Balona, respondía de inmediato con otro disparo, pero por suerte para los amarillos seguía sin acierto. Servando pudo hacer el 1-2 en una acción a balón parado en la que Güiza le cedió el balón de cabeza, pero su disparo se marchó muy alto.
El partido seguía abierto porque aunque el Cádiz quería llevar la iniciativa, la Balona esperaba agazapada para contragolpear. Claudio le dio entrada a Carlos Calvo en el lugar de Güiza, que estaba muy cansado. Y lo peor es que no era el único que daba muestras de no estar en buena condición física. Como en Sevilla. Y menos mal que el árbitro no pitó un penalti de Pavez a Juampe, al que agarró con claridad en el minuto 67. 
Una vez más, el partido podía caer de cualquier lado. La habitual ruleta rusa del Cádiz. La Balona puso el 2-1 a través de Juampe en una jugada en la que, otra vez, nadie cubrió la segunda línea con los centrales muy metidos en el área. El disparo le salió muy ajustado y Cifuentes no pudo hacer nada. Con 15 minutos por delante, al Cádiz le costaba muy cara su nula capacidad para aprender de los errores y Claudio reforzaba el ataque dando entrada a Despotovic por Pavez, que una vez más confirmó su bajo nivel.
El Cádiz, como no podía ser de otro modo, intentó reaccionar. Pero parecía que estaba más cerca el tercero de la Balona que el empate cadista. Carlos Calvo cabeceó sin peligro a cinco minutos para el final, en unos momentos en los que los amarillos ya apostaban por el pelotazo sin el menor pudor. Y la Balona sí tenía capacidad para matar el partido y para que no se jugara nada. El mundo al revés.
El Cádiz firmó una nefasta segunda parte y terminó perdiendo un partido que nunca pudo controlar. Ahora cae a la cuarta plaza y el único alivio es ver que el quinto está a nueve puntos. Así de triste.