Ritmo de campeón

Algunos dijeron que era imposible. Que no se volvería a repetir, que tendría que pasar una década para que un equipo distinto a Real Madrid o Barcelona levantara el título de Liga. Que el propio Atlético de Madrid había tocado su techo en aquel año 2014, en el que contra todo pronóstico se convirtió en el campeón del partido a partido.

Y sin embargo, ahí está. Cuatro años después, el cuadro de Diego Pablo Simeone tiene los mismos puntos que el que tenía el equipo que por entonces acabó siendo campeón. En aquel 2014, el cuadro rojiblanco empezó arrasando en el campeonato y apenas tuvo un par de baches a lo largo del curso, que coincidieron precisamente con las jornadas 25 y 26. El de este año, el de 2018, suma seis victorias consecutivas y ya ha dejado atrás aquel inicio en el que los empates pesaron demasiado.
61 puntos suma este Atlético en la jornada 26. 61 puntos que, aún así, no le sirven para ser el líder del campeonato, pues el Barça se mantiene inexpugnable y aún está cuatro puntos por delante, con la opción de irse de nuevo a siete si ganan en Gran Canaria este jueves. Y el domingo, un Barça-Atleti en el Camp Nou.
61 puntos sumaba aquel Atlético en la jornada 26. 61 puntos que, curiosamente, le tenían en la tercera posición a estas alturas tras perder en El Sadar y empatar en casa ante el Real Madrid. Luego llegaron nueve victorias consecutivas que le alzaron a lo más alto de la tabla, de donde nunca bajó. Y todo acabó un 17 de mayo con un Barça-Atleti en el Camp Nou.
Aquel equipo de 2014 empezó como un cohete y acabó sufriendo en el día a día para sacar las últimas victorias del campeonato tras golear de forma cómoda en las primeras jornadas. Justo a la inversa de lo que aparenta este Atlético de 2018, que titubeaba en el inicio de campaña pero en el que el regreso de Diego Costa, aquel '9' de un Atlético campeón, ha reavivado el ataque y a todo el equipo, que se encuentra en su mejor momento de la temporada.
La visita a la Ciudad Condal medirá la aspiración final del equipo colchonero, que en caso de conseguir una victoria se metería de lleno en la pelea. Una derrota, por contra, sería definitiva. Pero si algo ha enseñado este equipo es que hay que creer, como creyó aquel Atlético en 2014. Como creía Diego Costa en cada balón aéreo, Miranda en cada córner, Raúl García en Mestalla. Como creía Godín cuando se elevaba sobre el cielo de Barcelona aquel 17 de mayo. El domingo hay un Barça-Atleti en el Camp Nou.