Cómo fallar tres ocasiones claras y ser el mejor del partido
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"Antoine está en un momento brillante y lo tenemos que aprovechar"
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El uno por uno del Atlético en Copenhague
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Griezmann baila bajo la nieve
Los primeros minutos de Antojne Griezmann en el Parken Stadion fueron una declaración de intenciones. A los pocos segundos avisaba primero, poco después mandaba un balón junto a la madera y apenas se llegaba al cuarto de hora cuando fallaba un claro mano a mano ante Olsen. Lejos de esconderse, el francés fue a por todo.
Quizás en otra ocasión, en otro Atleti, en otra competición de este mismo curso, el Atlético habría acabado acusando esos tres fallos clamorosos, especialmente el tercero. No lo hizo Griezmann, que siguió a lo suyo y no pareció importarle que Fischer adelantara al Copenhague. Él seguía jugando, trabajando, liderando.
Bajando a recibir, liderando la transición defensa-ataque de la que tanto habla Simeone, recogiendo en campo propio y llevando el balón a las zonas de peligro. A Correa, a Gameiro, a Carrasco cuando entró el campo. Distribuyendo, asociándose con Koke en la banda izquierda y hasta gustándose.
De un centro de Griezmann surgió el gol de Saúl, el empate. De un taconazo de Griezmann a Lucas llegó el segundo, obra de Gameiro. El tercero llevó directamente su firma tras un gran pase de Carrasco y para entonces, ya estaba todo hecho.
No parece que el francés esté disgustado por jugar la Europa League; nada más lejos, sacó todo su repertorio y brilló con luz propia bajo los copos de nieve que caían en Copenhague. No hubo Champions, pero él no hace feo a ningún título, a ninguna Europa. Griezmann se reencuentra a sí mismo y con él, el Atlético muestra su mejor versión.