Clínic de Oblak: las imágenes de los dos paradones

Jan Oblak es de esos jugadores que no hacen ruido. Rehúye de las palomitas, de hablar por encima de los demás, es difícil verle sonreir y pocas veces es noticia en lo extradeportivo el Atlético de Madrid. Suele hablar en el campo, donde mejor lo hace, y en Stamford Bridge volvió a demostrar que es uno de los mejores porteros del mundo, si no el mejor.

El esloveno dio un clínic de inicio a fin de todo lo que debe ser un portero. Tuvo varias intervenciones de mérito, además de su habitual tranquilidad en el juego aéreo, pero hubo especialmente dos que elevaron el tono de los narradores radiofónicos en las cabinas de Stamford Bridge. Se cantaba el gol del Chelsea, pero allí apareció el esloveno.
La primera fue en la primera parte, cuando Zappacosta recortó hacia dentro en la esquina del área y sacó un derechazo raso pegado a la base del palo. Oblak sacó una mano difícil de predecir y envió el balón a córner. Acababa de hacer una de las mejores paradas de la Champions League y se levantó como si nada, con el gesto sereno que acostumbra.

La segunda fue ya tras el descanso, en el tramo final y con 1-1 en el marcador. El partido estaba roto y una contra del Chelsea, que acababa de empatar el partido, dejó a Morata completamente solo delante del portero. Oblak salió a tapar todo y acabó impidiendo el empate con el pie, con otra intervención antológica para el recuerdo.
Poco pudo hacer el meta rojiblanco en el gol del Chelsea, que fue de Savic en propia puerta y a pocos metros de la línea de gol. En todo lo demás, Oblak dio una demostración de todo lo que debe hacer un portero.