La elasticidad del Atlético

El 4-2 frente al Málaga, el noveno triunfo de la temporada del Atlético de Madrid en trece partidos, reafirmó la elasticidad del conjunto rojiblanco para cada momento y para cada encuentro, capaz de adaptarse a cualquiera de las circunstancias de cada duelo desde sus múltiples variantes.

Ni las bajas ni los planteamientos rivales, cambiantes últimamente con la oposición de defensas pobladas, con tres centrales y dos laterales, que le han hecho sus últimos tres adversarios, ni la inferioridad numérica que soportó este sábado alteran a un grupo que se mueve con alternativas y soluciones.
Cuando tiene que asumir la pelota y atacar desde la posesión, en un salto cualitativo que ha dado el Atlético en ese aspecto, cuando debe replegarse y esperar, cuando tiene que aguantar un resultado, cuando tiene que salir al contragolpe o cuando tiene que resistir la ofensiva de su contrincante con un hombre menos sobre el campo.
Todo eso ha hecho ya esta temporada el equipo, que maneja todos los registros. Lo ha demostrado a lo largo de los cinco años que ya acumula el argentino Diego Simeone al frente del conjunto y lo ha ratificado en los trece primeros capítulos de esta campaña, con alguna mínima excepción (la derrota, la única del curso, 1-0 con el Sevilla o el 0-0 en Leganés), desde su diversidad de recursos.
El 4-2 al Málaga lo confirmó. El Atlético dominó toda la primera hora de partido, con volumen de juego, ocasiones, tres goles y un encuentro completamente controlado. Después, con uno menos y 'otro' partido diferente, también manejó la media hora final dentro de la dificultad que genera la inferioridad numérica. Sólo concedió una ocasión, el 3-2 rival y, al contragolpe, sentenció con el 4-2.
En el momento de la segunda amarilla al montenegrino Stefan Savic, el argentino Diego Simeone readaptó las piezas del equipo. Incluyó al francés Lucas Hernández y al portugués Tiago Mendes, sacó del campo a Kevin Gameiro y Antoine Griezmann, trasladó a Saúl Ñíguez a la banda y movió a Yannick Carrasco y Ángel Correa.
Cada futbolista reasume sus funciones con naturalidad para el funcionamiento del colectivo en el conjunto rojiblanco. Es habitual el cambio de sistema dentro de un partido dependiendo del desarrollo del choque, en cuanto el técnico detecta alguna situación que le impide llevar el encuentro por el lugar que más le conviene.
También la variedad de dibujos tácticos desde el inicio (juega habitualmente con un 4-4-2, pero este curso también ha empleado un 4-2-3-1 o un 4-3-3), de la posición de algunos jugadores por la polivalencia de hombres como Koke Resurrección, Saúl Ñíguez, Antoine Griezmann o Yannick Carrasco, y de alineaciones titulares, once diferentes en los trece duelos de esta campaña. Sólo repitió dos veces: una contra Celta y Bayern y otra ante Granada y Sevilla.
A estas alturas, ya han participado 20 de sus 23 futbolistas de la plantilla en algún partido oficial (sólo no han jugado los porteros Miguel Ángel Moyá y André Moreira y el italiano Alessio Cerci, lesionado desde el inicio de la campaña), de los que 19 de ellos han partido al menos una vez desde el once titular rojiblanco.
El resultado, nueve victorias, tres empates, una derrota, 28 goles a favor, seis en contra, su situación en la zona alta de la Liga, a tres puntos del liderato, y al frente de su grupo de la Liga de Campeones, en el que está ya al borde del acceso a los octavos de final. Una victoria el martes con el Rostov sería ya definitiva.