Sestao-Athletic, batalla nocturna en Las Llanas

El Sestao River afrontaba el lance de Copa del Rey avisado. Había unos antecedentes. En la 2019-2020, el Athletic Club solventó la eliminatoria de manera contundente con un [0-4]. Gaizka Garitano vs Ibon Etxebarrieta. Dani García y Beñat Etxebarria ocupaban el doble medio centro. En el cuadro de Las Llanas, una pareja de lujo por la que el cronista sentía debilidad: Iker de Egino y Julen Huidobro. Futbolistas de diseño.

Estilistas que dignificaban la historia de un Club que caló en mi vida desde la infancia. Cosas de haber estudiado en un colegio maravilloso como los Hermanos de la Salle merced a ser hijo y nieto de trabajadores de 'Altos Hornos'. Días de Gloria. El Sestao superando [2-0] al mejor Las Palmas de la historia. Cayón, Garai, Braceras, Beamurgia, Martínez, Usandizaga, Unzueta. Cuando el verde de Las Llanas superaba en calidad al de San Mamés.

Aquel [0-4] de hace cuatro temporadas no se podía repetir. Había que impedir que el Athletic fuera modelo de lujo que desfilara gustoso por la pasarela del campo de la Alameda de Las Llanas.

Sin Iker de Egino ni Julen Huidobro, la propuesta de Aitor Calle estaba obligada a ser distinta. Confieso que no había visto a este Sestao que lidera su categoría en busca de un ansiado ascenso a Primera Federación. Conocía, sin embargo, a Aitor Calle. En la distancia corta de lo emocional y en el proyecto que empezó a plasmar hace bien poco en La Florida.

Llegaba eufórico al Club Portugalete en el que había jugado. El inicio de la liga nos permitió atisbar un modelo destinado a evolucionar hasta el título y el consiguiente ascenso. No pudo ser. Propuestas dispares derivaron en un duro enfrentamiento entre entrenador y presidente. Y de pronto, el Sestao River, otro Club, otro equipo cuya camiseta había vestido.

Y de pronto, también, ese regalo que suponía medirse al Athletic en Las Llanas y a partido único. ¿Qué propondría Aitor Calle para que el cuadro de Valverde no se paseara como hace cuatro cursos lo hiciera el que dirigía Gaizka Garitano?

Ya de inicio. Las cartas de cara sobre la mesa. Estos son mis principios, musitaba sin palabras el míster del River, y si no gustan, que sepa el Athletic que no tengo otros para la noche de hoy. Y fue así que lo rudo, lo arisco, lo agresivo, lo brutalmente permisible se fue escenificando sobre el histórico césped de Las Llanas.

En tesitura tal, el Athletic jugaba en desventaja y los futbolistas del River lo sabían.

El 'Gure Estiloa' zurigorri le impedía a los de Ernesto Valverde dar cumplida réplica a cada 'arreón' verdinegro. Hándicap. Desventaja. Dos principios. Dos estilos. Dos propuestas. De las 'armas' de los de Aitor Calle carecían los de Valverde. Y fue así que, en el fragor de la batalla, Guruzeta cayó castigada su tibia y peroné por los tacos de Huete.

Notario de la realidad es el cronista. Ni ataca ni juzga. Pero como no hay mal que por bien no venga, Rulo, con el exterior de su bota derecha, remachó en boca de gol el envío envenenado de Oier Zarraga. Gol que resultaría definitivo. Casi de seguido, Guruzeta se retiró dolido por una entrada muy fea. En sus labios creí leer: "de lo fétido de la vida saca almíbar la fruta y colores la flor". O sea, el pase de ronda a costa de perder mi lugar en el campo.

No creo que fuera cosa de Aitor Calle. Ni siquiera de su equipo. Pero si en vez del Athletic hubiera sido el Getafe de Bordalás el rival del Sestao, el verde de Las Llanas bajo la luna se habría convertido en "un reguero de sesos".

Me daba miedo. Sentía frío. Me estremecí al ver los tacos de Kepa Uriarte Uriarte 'escanear' el rostro de Vivian. Me horroricé ante el balonazo sobre un Zarraga caído con el tiempo detenido. Fue un derroche físico el del Sestao River. Un insistir sin medida ni descanso. Llegó vivo hasta la última acción de estrategia a la que se sumó un portero en busca de un gol crucial que llevara el partido a la prórroga.

No se consumó la gesta. Pero si me dan a elegir, me quedo, sin duda, con ese Sestao River que, con Ibon Etxebarrieta en el banquillo, dirigían con virtuosismo dos jugones como Iker de Egino y Julen Huidibro. Donde estén, un saludo para decirles que los he amado, y he deseado más de una vez, verlos conmigo, aquí, en La Florida, con el 'Portu' jugar.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista