Movimiento de rotación, movimiento de renovación

Esta columna en ElDesmarque Bizkaia pretendía tratar de movimientos, los dos más importantes en los que el mundo athleticzale anda sumido y que son objeto de tertulias, opiniones o desvelos de los aficionados, pero me obliga a retrasar mi modesta opinión un par de líneas, porque lo de La Rosaleda es un terremoto en la columna base del Athletic Club este año.

No recuerdo escarnio mayor que se pueda igualar en un partido: contra 10, con dos goles a favor, con un rival entregado, hundido, sin ideas. Contra un entrenador derrotado, con todo el peso sobre el rival, el Athletic regaló dos puntos sonrojantes, en un final de partido indigno de un equipo de Primera División.  Alguno podrá decir que tanto movimiento no es bueno, que rotar tanto a principio de temporada no es necesario, que habrá tiempo para ello, cuando las piernas estén cansadas, cuando cuerpo y cabeza necesiten un respiro. Probablemente no estará quien así opine falto de razón, probablemente piense que lo mejor sería que jugaran los mejores, los titulares, y los demás que fueran pidiendo sitio.  El problema viene cuando los supuestos mejores, los que por su calidad, peso en el equipo o probada efectividad pudieran partir con un mínimo de ventaja son reemplazados o no parten desde el inicio. Hay que pensar si quien les sustituye mantiene el nivel, aporta lo mismo o muy parecido partiendo en desventaja, quienes están a un nivel aceptable y quienes todavía no han dado señales de llegar al inicio de temporada.
Y llegados a este puntos, sólo Muniain, Laporte, Williams y Kepa parecen haberse enchufado al inicio liguero y europeo: al resto se les atisba borrosamente, pero aportan más o menos lo mismo, llámense Balenziaga o Saborit, por poner un ejemplo: poco.  Aportan poco porque este año el Athletic parece estar huérfano de balón, no domina los partidos, no aburre al rival, no maneja el centro del campo con ninguna pareja de baile, y en estas, sufre, a pesar de que la irrupción de Unai Núñez y el buen momento de Aymeric, error de Málaga aparte, aporten cierta tranquilidad a la zaga.  Y para rematar, quien sostiene con brillantez brutal al equipo desde la portería, sigue incomprensiblemente sin ser renovado por un club, que contrariamente a lo que pensamos todos, opina que lo mejor es no hablar del tema y no marear con este asunto.  Esto es tan fácil como sentarse con el jugador y decirle: "Kepa ¿cuánto quieres ganar?", y se le paga y no se hable más.  Porque ya basta de racanear y regatear como si de un mercadillo ambulante se tratara.  Si los dirigentes del Athletic son incapaces de renovar al mayor activo que ha dado el Athletic en esta década, mal andamos, más aún en una época en la que las vacas gordas se han instalado en Ibaigane nadando en una buena situación económica.  El Athletic tiene que estar muy atento con quienes representan al jugador, pues su agencia, no es que haya dado demasiadas alegrías al club en lo que a renovaciones se refiere. Así que manos a la obra, que hay demasiados movimientos y por desgracia no son nada alagüeños por el momento a los intereses rojiblancos.  Ziganda y Urrutia deben actuar ya, sin esperar un segundo. El primero para que el equipo vuelva a ser protagonista de los partidos y no haga que los actores principales sean los del rival, y el segundo, que cierre el tema renovación de Kepa hoy antes que mañana, así conseguirá a buen seguro que dejemos de hablar del asunto.
Por Sergio Brau Monesma. Periodista invidente. Hincha del Athletic Club y de Boca Juniors. 

@sergiobraum