Cuco Ziganda, fabricante de mediocentros

El 21 de Agosto de 2011, el Bilbao Athletic de Ziganda aterrizaba en Ipurua. Le bailo al Eibar y se llevó los tres puntos. El hecho de que el gol de la victoria fuera un 'auto' ajeno, y no un gol propio no desmerece la exhibición de un fútbol excelso en el que los pelotazos sin sentido, sin un destinatario que se hallase en situación ventajosa con respecto a una acción premeditada, ya intuitiva, ya trabajada en los entrenamientos, no cabían en un ideario que había llegado para instalarse.

El estilo de Cuco Ziganda  empezó  a desfilar por la pasarela de la moda más avanzada, y recibió unas críticas tan halagadoras que al 'modisto' del estilo Athletic Club le hicieron levantar su tienda de campaña en el corazón de Lezama. Le gusto. Gustaba. Todo eran alabanzas. Hasta Marcelo Bielsa habría de rendirse a sus encantos. Hablaba de "sencillez", el 'loco' de Rosario, que entrenaba al Athletic y seguía al Cuco de cerca.   Loco y Cuco. Quizás la pareja con la que el primer equipo y el segundo llegaron a confluir para enamorar a la grada de tal modo que repetirse tal hecho se le antoja a uno como ese periodo feliz de la infancia que tan solo sucede en regresión cuando, cerrados los ojos y dormidos, nos ponemos a soñar.  Me reconozco como un hombre enamorado de otro, de sus maneras a la hora de jugar, de la diversión y el disfrute que me procura: amor platónico. Platón. Filósofo griego. Bielsa y sus locuras. Ziganda que fue Cuco, ya no lo es, pide que se aparte a un lado su figura de leon junto a Valverde, Txingurri, hormiga que trabaja poco a poco, capaz de soportar a sus espaldas un peso tan superior al suyo que tan solo tratar de entenderlo da vértigo, mareo, 25 de Junio, una fecha que da para tanto que nadie pensó en ella a la hora de que cosas tan determinantes para Lezama y el Athletic se concitaran.
  Valverde se va... y Cuco, también: se cambia de 'campo' . Dicen que que a Barcelona el que en la capital condal obró el milagro de triunfar en sus dos Clubes de fútbol. Espanyol y Barcelona. Una copa de la UEFA en la punta de sus dedos. Clemente lo entrenaba. Barcelona. Palabras mayores aunque aquí se escriban con minúscula. Luego voló a Bilbao. Y el resto ya lo saben. Coincidió con Ziganda. Txingurri y Cuco. El primero centraba; el segundo remataba, sobre todo de cabeza, listo como ninguno, Cuco, Cuco, Cuco...  Osasuna, Xerez. Parecía que la carrera de José Ángel Ziganda como entrenador iba a ser tan corta como la esas figuras que sobre el verde lo fueron pero que, sentados en el banquillo, se hallan  tan incómodos que terminan decantándose por  el sofá de su casa aunque en ello les vaya  el final de su carrera. El destino. Se crea o no en el. El destino ha sido fiel compañero de Ziganda. Que Urrutia ganara unas elecciones. Que fuera presidente. Qué se fijara  en el.   Que le confiara el segundo equipo del Athletic. Que Ziganda tuviera altura de miras tal que pudiera valorar el presente que se le ofrecía y vislumbrar ese futuro que es AHORA. Pasaron, como en la canción infantil, entendiendo que semanas son años, "una, dos, tres, cuatro...cinco y seis semanas.. y aquel entrenador, aquel entrenador... naufragó, encalló, pero no sufrió daño.   Se hizo a las rocas, al puerto, al pueblo, a la villa, al equipo, a su estilo, a la gente, o quizás a todo ello ya estaba hecho y su naufragio no fue real, sino poesía de Neruda, "en el naufragio de tus ojos", Athletic, que sea el B no es más que un problema de letras que a mí no me afecta. Y de todos modos, desde la B hasta la A...¿Cuánto espacio...cuánto tiempo?... Seis años, Cuco, Seis. Sean bienvenidos...
  Y aquel hombre, desde el inicio, se dedicó a tejer equipos de tal modo que las camisetas de cada temporada se parecieran la una a la otra como dos gotas de agua, o seis, el sastrecillo valiente cumplió ya con su cometido. Rey de la corte de Lezama ha sido elegido. Se trata ahora de ver sobre el verde de San Mames si será capaz de cautivarme como lo hizo desde el primer día. Desde aquella primera tarde en la que, sábado a punto de dar las cuatro, me quedaba clavado a la pantalla de televisión, ETB1, a la espera de que las primeras imágenes que mis ojos vieran fueran las del campo principal de Lezama, el que ahora lo adorna el arco y entonces, la tribuna abarrotada. Y la promesa de un fútbol en el que...  Los pelotazos están prohibidos. Tocaremos el balón sin miedo, con confianza, mientras sea nuestro, que el rival, ni lo vea. Seamos fieles al juego combinatorio. No dejemos de creer en el. Toques, mil. Y si llegados al borde del área contraria no encontramos resquicios suficientes, regresar al punto en el que empezamos a tocar no es ninguna carencia, es virtud, haber colgado el balón al área como en un acto reflejo es la finalización de equipos menores, y nosotros no lo somos, a pesar de la insultante juventud...  Y ahí se quedo Ziganda, como dormido,  a la espera de que le llegara la hora del beso de su presidente y su despertar siendo el artista elegido para domar a los leones. Todos los que el crío, educó, y puso en manos de otros ya no cuenta. Vale el presente. Aunque convenga retroceder a fin de exponer en la sala de trofeos de Ibaigane ese grupo de medio centros que el forjó y a los que les esperaba un futuro incierto, ahora presente, desperdigados están los que desde el centro del campo se encargaban de gestionar el juego del equipo dandole al balón el respetuoso trato que se merece para poder crear un fútbol de alta escuela, a ras de hierba, vuelan los balones y las ilusiones, la pelota quiere cetro, oliendo a hierba, aroma irresistible para el juez de esta contienda que se dispone a contar centrocampistas que a su lado despuntarán...
  2011-2012: Eraso, Peña, Erik Morán, Ruiz de Galarreta  2012-2013: Eraso, Morán, Peña...Guilermo en el ataque  2013-2014: Eguaras, Aketxe, Unai López...Arrizabalaga, en la portería; Sabin Merino surgió en la delantera...  2014-2015: Vesga, Undabarrena, Martín Bengoa, Néstor Salinas .....Remiro, Markel Etxeberria, ¡Yerai!, los tres últimos en la zaga en la temporada del glorioso ascenso  2015-2016: Vesga, Undabarrena, Unai Lopez, Ager Aketxe...Remiro, atrás; Guarrotxena y Asier Villalibre peleando contra hombres con hijos de su misma edad...  El que esto escribe ya se pronunció sobre el juego que proponía Ziganda aún en una 'fuga de valores' denunciaba por el propio entrenador. A pesar del expolio sufrido, Cuco Ziganda no se arredró. Disfrutó. Y nos hizo gozar. Algo que le honra y le distingue al que ya, por fin, es nuestro entrenador. Quedo [quedamos], a la espera de que su fútbol sencillo [como lo calificó Marcelo Bielsa en notorio elogio], nos complique mucho el intelecto a la hora de redactar Cronicas de partidos fascinantes.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'. Futbolista, periodista, montañero, pero sobre todo escritor: cuentos, relatos, cronicas, artículos radiofónicos, literatura de viajes. 

@LuismaPrezGartz