¿'Truño'?... Sí, pero 'Rulo' rula

Fue en el tiempo de descanso. Al de un suspiro luego del pitido reglamentario de Del Cerro Grande, le mande un mensajito a mi redactor jefe de cabecera, Asís Martín... "Fantastico planteamiento de Valverde", ironizaba yo. "El que nada plantea jamás se puede equivocar... ¿A qué juega Valverde?"... Y he aquí que el hombre que escribe en San Mamés lo que yo he dado en llamar "Las crónicas del metro" me salió con un vocablo muy suyo, uno de esos que recoge en la calle luego de un botellón, o en el monte tras un apretón del que no se libra ni el más afamado de los himalayistas... "Hoy a nada; vaya 'TRUÑO'"...

Finalizado el partido, leyendo su crónica, reparé en que el vocablo que yo le había comprado de palabra lo exhibía en un claro acto de desafío a la RAE. Truño no figura como palabra reconocida. Truño es como una de esos calificativos  jocosos  que el genial José Mota se saca de la chistera medieval de ese rey al que un campesino lo retrata haciendo aguas mayores en la pared trasera de su caserón.   Escatologia. Escatologico. Giñar  moldeando la cagada. Mierda. Nadie se atreve a decirlo pero siempre hay un momento en el que la palabra la tenemos en la punta de la lengua y nos resistimos a darle pábulo por aquello de no ser tachados de zafios a la hora de manejar el rico vocabulario castellano. Truño. Así en el primer acto como tomando en cuenta el cómputo final de un partido que fue raro, pero raro, raro, raro... ¿Cómo dices que te pareció el partido, respetado Asis Martín?...  Era una visión muy extraña. Demasiado obvia como para no pensar que tras todo lo que se veía había una mente pensante que, en sus sueños de pizarra junto a su segundo, Jon Azpiazu, había ideado todas y cada una de las secuencias que creíamos estar padeciendo cuando en verdad todo era una escenificación tan bien pertrechada como el Show de Truman...
Si asumimos que la vida es truño. Que Ipurua era un teatro sobre cuya tarima cada una de las partes ponía lo suyo, y que lo hacía a conciencia, entonces, en esa tesitura, el papel de cada cual estaba perfectamente marcado, así como su ejecución...De lo fétido de Ipurua se inventa faltas Raúl García, Beñat dispara... y Rulo mete gol  El Eibar hacia honor a su condición histórica de armero. Equipo armero. Mucha fogosidad. Cohetes al aire en la noche de esa frontera que separa y une Gipuzkoa y Bizkaia. Parecía como si el Athletic se mostrara incapaz de proponer nada cuando en verdad su proposición, aunque escatológica, era del todo honesta. Truño. Vaya mierda. Vaya mierda, si, pero esperen ustedes a la última escena, acto, a esa manera de liberar tanto futbol como el Athletic llevaba dentro...  El Eibar, su propuesta, era como esa sesión de perdigonazos con una txinbera cuyo punto de mira está viciado de tanto uso como se le ha venido dando en las barracas de esa fiesta continua que el equipo milagro de la Gipuzkoa profunda, la de la hondonada, vive desde que Jota Peleteiro se dejó caer para agrandar a una entidad que vivía como en un sueño.  Extraño Athletic. Desconcertante Valverde. El fútbol ni se crea ni se destruye: se transforma. Materia. Un meteorito procedente de una galaxia Argentina se precipitó sobre el estrecho y verde planeta llamado Ipurua impactando de manera brutal contra el diminuto asteroide que habitaba el principito de la Txantrea. Si aquel tan famoso provocó la extinción de los dinosaurios, teoría que no me la termino de tragar, este otro a punto estuvo de costarle la vida al compañero de un tal Escalante, argentino, de profesión, sus labores,... Voy de caza, A quien vas a cazar...  Con diez enfrente, el plan de Valverde se empezó a agilizar de una manera desmesurada, no había tiempo que perder. Rulo la rompió con la zurda sacando astillas de la base del poste derecho de la portería de Yoel. Tres, cuatro a lo sumo, fueron los minutos que transcurrieron antes de que Wiluans le filtrara a Muniain un regalo de oro que Iker estrelló en el cuerpo del arquero. Iker. Muniain.   Menudo descaro el tuyo, chaval, lo flipas, lo tuyo es provocar, vienes a Eibar y le golpeas con tu muslo a Escalante, en su bota, Escalante, nuestro angelito. Los pitos que estás escuchando te los mereces, provocador, por  tu culpa, con diez jugamos, o con nueve, y vosotros con trece, el árbitro que es un canalla y Pedro que es un LEÓN, aunque haya nacido en Murcia, ¿no decís vosotros que los del Athletic nacen donde quieren?...  Fenecía el partido con el balón en los pies de Beñat Etxebarria, pero el juego en terreno de nadie, Muniain, Cabron, Iiiiiiker Iiiiiker...  Se creció. Se iba creciendo el de la Txantrea. Un labio que sangra. Un muslo que recibió lo suyo. Y el Zorro, al banquillo, con él robado de su voz en el túnel de vestuarios a punto de saltar para ser jugado el segundo acto: "Vamos, chavales, como hasta ahora. Si no cejamos en lo que creemos, al final la pieza caerá tras certero disparo de uno de nuestros más avezados cazadores"...  Rulo dio una lección magistral y acelerada de cómo un futbolista debe jugar de espaldas para cobrarse un libre directo a una pizca de que el partido muriera. No era la mejor de las posiciones para clavarla. Pero mediando la bota de Beñat, hasta yo desde casa visualizaba lo más hermoso. Su rosca saco a Yoel de cámara. El rechace le llegó en última instancia a la bota de Rulo. En la Cuchi, en la Zapa, en Ipurua, la gente dura... rula, rula, rula, rula... Y tanto rulo el pistolero más mal encarado de la cantina donde se dirimían las diferencias, que su disparo se convirtió en gol, Bacalao grito Iragorri desde su cabina de periodista.   Todos al suelo. Estos son tres puntos. El plan ideado por Ernesto Valverde había cobrado todo su poderío en ese preciso momento en el que el adversario no tiene turno de réplica, a pesar del minutito con el que del Cerro Grande agrandó la duración de eso que Asis Martín ya había calificado en el intermedio. Coherente hasta el extremo. Asis no es de esos que se dejan modelar por un meteorito que provocó la extinción de los habitantes de Ipurua. Truño en el descanso. Truño tras la finalización.   El partido fue un truño. La RAE no recoge el vocablo. Son cosas de Asis Martín, que rastreó la noche y se topó con una mierda que a todos los que somos Athletic nos supo como un par de huevos fritos con patatas y chistorrica de Tafalla. A gloria.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'. Futbolista, periodista, montañero, pero sobre todo escritor: cuentos, relatos, cronicas, artículos radiofónicos, literatura de viajes. 

@LuismaPrezGartz