Iker Muniain: “El aficionado al fútbol ni es paciente ni tiene memoria"

Una rotura de ligamentos no es un trance fácil para ningún futbolista. Es una lesión larga que exige mucho trabajo de recuperación y amplias dosis de paciencia para regresar en condiciones y volver a ser el mismo que se fue en camilla.

Así lo admite el jugador del Athletic Club Iker Muniain, para quien "el camino fue duro, se hizo eterno, más de 200 días sin poder jugar; pero lo llevé bastante bien, mi familia me ayudó mucho; cuando van mal son los que están y te dan el apoyo, como mi hijo Iker que ya está hecho un trasto. Son meses difíciles cuando estás lesionado y mi hijo me curaba todos los males al verle", ha recordado este jueves.
Pide salud al nuevo curso
Pero lo que Bart quiere, por encima de todo, es estar sano de una vez. "Tengo ganas de empezar de cero, sin lesiones, sin molestias. Siempre espero en cada partido mucho de mi, me exijo muchísimo, puedo decidir en situaciones complicadas, cada día espero dar mi mejor versión", explica. Por eso hay algo que le aguijonea. "El aficionado al fútbol ni es paciente ni tiene memoria, se vive el día a día, quieren que rindas siempre y no se tiene en cuenta lo que has pasado", lamenta.
Aun así se siente un privilegiado en cuanto al trato de la grada de San Mamés. "La gente te coge cariño porque lo vivo mucho, soy pasional y eso transmite al aficionado", cuenta, lo mismo que lanza sus piropos sobre la ciudad: "Soy un enamorado de Bilbao, de su gente y de sus costumbres, ojalá siga creciendo porque es una gozada vivir aquí", valora Bart.
Habla tras caer por 0-1 ante el Atlético de Madrid en San Mamés, al que ve como "el mejor equipo defendiendo que he visto en mi vida, es una pasada como tapan los espacios, encima tiene buenos jugadores arriba y es muy difícil de batir", destaca.
También se le ha preguntado por su posición en el terreno de juego, algo que no tiene una clave fija. "Hay partidos en los que estoy más cómodo por dentro y otros en la banda, no me decanto por ninguna posición. En banda te exige más porque hay que seguir al lateral, pero es lo que hay y se hace", señala.
Un debut histórico y precoz
"Es complicado debutar con 16 años, te viene todo de golpe, pasas de ser anónimo a que te reconozcan por la calle, para un chaval si no estás tranquilo te puede crear problemas. Creo que lo llevé bien, con los pies en el suelo. Mis aitas me decían que no me olvide de donde vengo, tuvieron mano izquierda para controlarme", ha explicado Iker Muniain este jueves en Onda vasca.
El navarro irrumpía con apenas 16 años en Primera División. Fue todo un boom nacido de la mano de Joaquín Caparrós, que apunta que "los años pasan muy rápido para todos, llevo muchos años y trato de aprovechar cada momento". Ha dejado de ser un crio para ser un 'veterano' en el vestuario rojiblanco: "Cuando yo llegué estaban Joseba Etxeberria, Yeste, Orbaiz, Gurpe, les estoy muy agradecido. Ahora yo trato de enseñar a los nuevos lo que otros me han enseñado a mi", agradece.