Un Athletic 'estratégico' pone rumbo a cuartos de Copa

Fue decir que Celta y Athletic Club no meten gol ni poniendo velas en Lourdes para asistir a un festival de tantos en Balaídos, dianas en su mayoría de estrategia claro. Llegaron de faltas laterales, córners, saques de banda, de penalti... para permitir a los de Ernesto Valverde poner pie y medio en los cuartos de la Copa merced al (2-4) logrado en Vigo.  Un chute de alegría.  La vuelta de Aduriz, que hizo un doblete, trajo la eficacia a la que se sumaron San José y Susaeta en un choque pobre, con poco juego y defensas de Blandiblú, pero con acierto rematador excepcional. El próximo miércoles San Mamés decidirá una eliminatoria de total color rojiblanco.

Otra cosa distinta es que no se ha mejorado demasiado el pulso cardiaco. El equipo defiende mal, con un Balenziaga hoy descorazonador, y le sigue costando un mundo crear juego. Menos mal que los de Berizzo tampoco estaban para nada y encima acabaron con diez con lo que fueron goleados sin piedad con un Aduriz que les volvió locos.
La ausencia de Iturraspe, en baja forma y sustituido por San José, era la gran novedad junto a la irrupción de Iago Herrerín de un once con 5 variantes en el que volvían los reactivados Aduriz y Muniain tras cumplir sanción. A primera vista se echaba de menos gente creativa, casi tanto como gente en la grada, que estaba como el Congreso un viernes. Y el juego de los leones fue por los derroteros que marcaba la alineación, pero eso sí, con una eficacia demoledora. Balones largos, peinadas de Aduriz , estrategia... Esa en la que Mikel San José sigue siendo un hacha (y que le hace jugar de titular en realidad), ya que el navarro abría el marcador a los 5 minutos tras brillante asistencia del donostiarra. Los gallegos pidieron mano de Etxeita, por cierto. Involuntaria, pero le dio en el codo la verdad.
Lo curioso es que el choque iba a enloquecer cuando a priori pintaba a tostón con dos escuadras que ven menos puerta que Stevie Wonder. ¡Si caía un gol cada cinco minutos! De entrada en plena caraja, se ve que han olvidado el jugar a las cinco, se permitía a Alex López empatar en el 11' con un siestón de la defensa rojiblanca que era como para quitarles el roscón en el autobús. Encajar goles de saque de banda ganando es para echar fuego por la boca y los ojos. Pero, vaya, casi seguido Aduriz volvía a poner a los leones por delante al rematar a placer un gran toque de cabeza de Etxeita, en la que fue su segunda asistencia.
Nadie vaticinaba ese despiporre de cuarto de hora, tres remates y tres dianas en un partido de poca calidad, pero lleno de goles. Es lo que tiene que vuelva Aduriz, que había intervenido en los dos txitxarros de los de Valverde, que cuando no está el guipuzcoano no meten ni miedo. Tras esta orgía realizadora las aguas volvían a calmarse adentrándose el duelo en un ir y venir insulso, con el balón surcando el cielo sin que nadie le echara el lazo. La única estadística que engordaba era la de amarillas, con tres casi consecutivas mostradas por Pérez Montero mientras el Celta apretaba en busca de un empate.
Su estirada dejó espacio para las contras vizcaínas pero no se aplicaron con listeza en ello antes del descanso. Y a la vuelta a todos se les paró el reloj porque los primeros minutos fueron dignos de un 'elefantes contra hipopótamos', la velocidad y el ritmo eran conceptos ignorados. Los de Berizzo, que perdían en casa, se lo tomaron más en serio y empezaron a apretar a Balenziaga por su costado hasta que Charles rascó el empate tras una asistencia demencial en un córner... ¡del lateral de Zumarraga! Ni Iker Jiménez podrá explicar por qué hizo eso Mikel. Increíble.
Laporte, en otro balón parado, tuvo la opción de obtener una tercera ventaja que sería Susaeta, en jugada lo que era noticia, el encargado de firmar con la tercera asistencia de un Etxeita en estado de gracia. El gol fue reafirmado por la expulsión de David Costas en una enorme cabalgada del potro De Marcos que el defensa cortaba desde el suelo con la mano. La ronda estaba casi cerrada siempre que no se metiera la pata, algo que Muniain pareció buscar, por lo que se dio entrada a Viguera, o Iago Herrerín que casi nos mata de un infarto con un recorte torero en su área pequeña.
Un carrusel de cambios evitando riesgos arbitrales condujeron el duelo a sus estertores cuando a Gustavo Cabral se le cruzó el cable haciendo un penalti de fútbol americano que Aduriz, quién si no, transformaba en el tanto de la calma. Ver para creer, deben haber sido los reyes magos, con cuatro goles anotados fuera de Bilbao. Pues bienvenida sea esa alegría. Este domingo llega el Elche a San Mamés en un partido de victoria obligada tal como va la burra. Que lo de este martes sirva de ejemplo. Hace falta.
@asismartin