El Athletic sucumbe al placebo habitual del Bernabéu

 
Asís Martín III La enésima derrota en el Bernabéu tuvo el consabido efecto deja vú! El Athletic empezó bien pero hizo un par de cantadas en defensa, Ramos dejó algún recado y se encontró con un 2-0 al descanso. C'est fini. Se acabó la racha pero lo peor es que el equipo de Ernesto Valverde ha dado sensación de no tener demasiada fé en un resultado positivo.

Visitar el Bernabéu siempre conlleva, aparte de goleadas y aguantar a los ultras, una caja de resonancia. La suplencia de Ander Herrera, retumbaba para los athleticzalez tanto como la de Casillas para los blancos. Lo cierto es que a uno personalmente le parece lógica. Aparte de la baza táctica de reforzar el centro del campo, Ander ha pasado unos días de mucho run-run con su oferta, y por muy 'amueblado' que esté, sin duda estará alterado. Son 4 'kilos' limpios los que le rondan, si bien ElDesmarque Bizkaia ya adelantaba que en Ibaigane se palpa que los ingleses se echarán atrás.
A los leones les ha faltado este domingo -en horario de marianitos- garra arriba para acabar bien las jugadas dentro de un planteamiento más adusto, con perdón, de los que el Txingurri nos tenía acostumbrados en otras épocas.
Ni aún así ha servido para frenar al trasatlántico de Ancelotti, que a media turbina ha terminado con la imbatibilidad del equipo rojiblanco en esta Liga. Se han pagado con sangre los errores defensivos, algo que no parece terminar de arreglarse con cambios de misters y/o de jugadores. Al final, más de lo mismo. Esa falsa y ficticia sensación en Madrid de 'qué bien estamos jugando este año'... para llevarse luego tres goles a casa.

Con Sola en Bilbao, Toquero en la grada y Herrera como suplente no fue menos noticia el debut con titularidad incluída en el coliseo blanco de Mikel Rico. Un jugador que ha estado entrenando como una fiera y que en sus 45 minutos en liza buscaba cementar con Iturraspe y Beñat - éste por delante- un centro del campo más armado que los vistos ante Valladolid y, sobre todo, Osasuna.
La encomienda tuvo una buena puesta en escena con un Athletic, muy ordenadito liderado por un resucitado Iturraspe, que incluso se atrevió a dar un par de zarpazos lejanos aunque con poca puntería. Sorprendía ver a los merengues 15 minutos sin crear ocasiones, pero siempre teniendo la mosca detrás de la oreja porque es conocido lo eficaz de su antijuego.
Di María, con malicia casi infantil, fue el primero en testar a Herrerín, que afrontaba con su habitual desparpajo su segunda titularidad en Primera.
Eran los leones quienes controlaban la pelota aunque daba la sensación de que arriba no se terminaba de creer del todo, las llegadas se resolvían con excesiva premura. A nadie se le escapa lo peligroso de ese atribulamiento en el Bernabéu, ya que, como se temía, poco a poco Ronaldo o Ramos empezaron a asomarse por área bilbaína.
Sería Isco ayudado fatalmente por Iraola en la ejecución del fuera de juego quien abriría el marcador en el 25', y eso prácticamente sin haber hecho nada de nada los de Ancelotti hasta el minuto 20. Beñat pudo empatar poco después con una falta al borde del área grande, pero su obús se marchó cruzado.
La presión rojiblanca perdía gas lo que provocaba la crecida de la riada blanca, que iba a apretar a tope hasta el descanso. Ese menú incluyó un pisotón de Marcelo a Aduriz que casi le deja el pie taladrado. Eso sí, sin tarjeta, claro, como el bofetón de Ramos a Susaeta delante del linier.
Suena a cuento de la pipa pero es que los pequeños errores se pagan caros aquí. El gili-córner de Beñat que casi acaba en un gol en contra de Benzema fue de colegio, sí, pero de los de tradición de basket que no de fútbol en sus patios. Ya hemos dicho al inicio de esta crónica que en Madrid todo se magnifica.
Perdido el centro del campo este 'Valverde 2.0' empezó a pensar en meter relevos, pero llegó tarde el doble cambio y también el descanso, porque Ronaldo dejaba el tema resuelto con un testarazo totalmente solo a balón parado. Para flagelarse.
Con la entrada de Erik Morán y De Marcos, echándose Beñat atrás dejando las carreras para el sprinter de Laguardia. Se atisbó la mejora y en el 54' Iraola tuvo un tiro franco, el primero que fue de verdad a puerta, pero una vez más en esta matinal Andoni le pegó como sin querer ofender. Más empeño le puso un crecido Laporte al saque de un córner por parte de Susaeta, una vez comprobado que los de Beñat recordaban un poco a los de la mala época de Yeste. Pero el cabezazo del de Agen se fue arriba.
El de Igorre, por su parte, siempre bastante justito de cilindrada, sufrió mucho en el segundo tiempo en el que a duras penas llegaba a tiempo a las acciones. Encima un golpe a Muniain nos dejó sin 'Bart' y sin saber si Herrera iba a ser una opción real de juego, ya que fue Ibai quien cogía la plaza en banda del internacional navarro.
Aún así los vizcaínos dominaban o lo parecía, pero daba igual, vuelta la burra al trigo; una contra tras una mala decisión del joven Morán provocó el gol a la contra de Isco, ayudado malamente por un toque en Beñat.
En esa situación de 3-0 un gran Modric se lucía a favor de obra, pero fue Ibai quien con un cañonazo lograba volver a cumplir su condena. Meter goles bonitos en derrotas del equipo. Pero en fin, bienvenido sea el tanto del honor. Más chirriante es que de momento los dos delanteros puros, Aduriz y Sola, no hayan mojado transcurridas tres jornadas.
El trencilla Clos Gómez también quiso su cuota de protagonismo con un pitable penalti de Ramos a Susaeta que habrá que pensar que no vió... Es el famoso comodín del arbitraje. Pero pudo ser el 3-2, aunque bueno, equiparar penalti a gol en el Athletic de estos últimos años es bastante osado. Lo admito.
En fin a seguir la última hora del show Manchester-Herrera, a descansar el fin de semana y luego a ilusionarse con el estreno de San Mamés el lunes 16 ante el Celta de Vigo. Que sea con victoria, mejor juego y con Ander sobre el césped.