El peso de la estrella
El pasado jueves, Francia empató 0-0 en Múnich en el primer partido desde su victoria en julio en el Mundial de Rusia 2018. La igualada gala permite seguir con el gafe que ha afectado ya a las seis últimas campeonas del mundo.
Y es que, desde que Brasil venciera por 2-0 a Yugoslavia en la víspera de la nochebuena de 1994, ninguna selección ha conseguido vencer en su primer partido tras conquistar una Copa del Mundo. En ese choque, Viola y Branco, con un golazo, doblegaron a los balcánicos, en su primer choque tras la Guerra de los Balcanes.
La racha la comenzaría, precisamente, Francia. Poco más de un mes después de conseguir su primer entorchado mundial, los galos visitaron Austria para disputar un amistoso que finalizaría 2-2 con Laslandes y Boghossian anotando los tantos del equipo dirigido por Roger Lemerre, que se estrenaba en el banco.
Tampoco lo consiguió Brasil en el 2002 a pesar de mantener el equipazo con el que vencieron en Corea y Japón. La fiesta ante su público en Recife se apagó con el tanto de Nelson Cuevas para la victoria de Paraguay.
Resultado parecido al de Italia en agosto de 2006, cuando cayó por 0-2 en Livorno ante Croacia. Dos jóvenes, el ex del Arsenal Eduardo y el Balón de Oro de Rusia 2018 Luka Modric convirtieron los tantos en ese choque.
Cuatro años más tarde le llegó el turno a España, estrenando su nueva estrella en el pecho en el Estadio Azteca de México. A pesar del largo viaje, la Roja salvó al menos un empate 1-1 con un tanto de Silva estropeando la fiesta mexicana por su Bicentenario.
La última selección en fallar, antes del último empate de Francia fue, precisamente, Alemania. Los de Low reeditaron la final de Brasil 2014 frente a Argentina y esta vez fue la Albiceleste la que se llevó la victoria por 2-4.
