Acampada improvisada ante la RFEF a la espera de que acabe registro de UCO

La explanada que está delante de la entrada a la Ciudad del Fútbol, sede de la Real Federación Española de este deporte, se convirtió desde primera hora de este martes en zona de acampada improvisada, a la espera de que la Guardia Civil termine el registro que inició a primera hora de esta mañana.Olga Martín
La confirmación del desarrollo de la operación por la Guardia Civil hizo que los aledaños de la RFEF, en cuyo aparcamiento únicamente se veía un vehículo de ésta, empezaran a llenarse de medios de comunicación.
En torno a un centenar de representantes de éstos desplegaron toda su equipación para una cobertura que se antojaba larga desde el principio y que se prolonga desde pasadas las 9 de la mañana.
Algunos visitantes madrugadores del museo, como una familia de Segovia que quería aprovechar su estancia en Madrid, con su pequeño de tres años para conocerlo, se toparon con la sorpresa del recinto cerrado y la expectación que reinaba en su entrada.
"No podemos abrir nada", se justificaban los vigilantes de seguridad de la RFEF, donde este martes hay actividad añadida también porque hay un equipo de operarios que acondiciona la sala Luis Aragonés para la Asamblea anual que está prevista para el jueves 20, fecha en la que se sortea el calendario de la Liga.
También algunos transeúntes y conductores que pasaron por la zona se pararon e incluso hicieron alguna foto, a la vez que preguntaban con curiosidad por lo que pasaba dentro.
Mientras los trabajadores de la RFEF eran invitados a salir de sus oficinas y alguno de ellos era enviado a comprar un disco duro de gran tamaño, se desbocaban las dudas sobre el destino de Villar y su posible traslado a Las Rozas o a alguna dependencia judicial.
Esa incógnita se despejó pasadas las tres de la tarde, cuando un vehículo de la Guardia Civil accedió por la entrada habitual de la de la Ciudad del Fútbol, no por el aparcamiento subterráneo que habría impedido ver quienes eran sus ocupantes.
El todo terreno se detuvo a la izquierda de la cabina de seguridad que está dentro del recinto y del mismo bajó Ángel María Villar, cabizbajo, vestido de oscuro y con un guardia civil a su derecha, otro a su izquierda y otro detrás.
El presidente entró de esta forma a la sede de la RFEF, en cuya planta superior está su despacho. El coche de la Guardia Civil que le trasladó desde su domicilio hasta la RFEF fue el mismo que llegó a ésta a primera hora de la mañana y que después se desplazó a la casa de quien preside la RFEF desde 1988.
Poco después llegó otro 4x4 de la Guardia Civil y posteriormente se personó en la RFEF el exadministrador general José María Castillón, despedido por Villar a principios de abril, después de que ambos declararan en un juzgado en relación a la investigación judicial por un presunto mal uso de una subvención del Consejo Superior de Deportes.
El resto de las dudas siguen en el aire. De momento la junta directiva de mañana y la Asamblea del jueves 20 se mantienen convocadas a la espera del resultado de una investigación ordenada por el juzgado de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, denominada "Soule", cuyas diligencias, por presuntos delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental, ha declarado secretas.