Un favorito, un ilustre, una revelación y un reto de altura para el Atlético

El poder del Bayern Múnich, un favorito al título; la exigencia del PSV, un ilustre campeón al que ya sufrió en los octavos de final de la pasada temporada; y una revelación, el debutante Rostov ruso, proponen un desafío de altura para el Atlético de Madrid en el grupo D de la Liga de Campeones 2016-17.

Son los tres adversarios de la cuarta participación consecutiva del equipo rojiblanco en el máximo torneo europeo, el único título que le falta en su palmarés y su gran ambición desde la final de Lisboa 2014, perdida en la prórroga ante el Real Madrid y con el empate del club blanco en el minuto 93, cuando ya se sentía campeón.
Desde entonces, ha vuelto a la final, el pasado 28 de mayo en Milán, de nuevo con un desenlace cruel, la derrota en la tanda de penaltis, y de nuevo frente al Real Madrid, con lo que la nueva edición del torneo reaparece otra vez como una revancha para el Atlético, retocado para el nuevo curso con sólo cuatro novedades.
Nicolás Gaitán por Óliver Torres, Kevin Gameiro por Luciano Vietto y Sime Vrsaljko por Jesús Gámez, más la llegada del portero André Moreira y la salida del medio centro Matías Kranevitter, que se suman a los dieciocho futbolistas que siguen en la plantilla, que sufrieron hace apenas tres meses el golpe de la final de Milán.
Pero ni siquiera todas esas cualidades y todo su rendimiento le sitúan como el favorito del grupo. Ni su imponente bloque ni sus refuerzos ni su espíritu competitivo y ganador ni su intensidad ni su sentido de equipo, dirigido desde el banquillo por el argentino Diego Simeone, ni el talento y el esfuerzo de sus jugadores.
Porque esa condición le pertenece al Bayern Múnich, de nuevo en el camino del conjunto rojiblanco, como en las semifinales del pasado curso, cuando el Atlético venció en el Vicente Calderón (1-0), resistió en Alemania (2-1) y eliminó a uno de los equipos más poderosos del mundo, ahora dirigido por el italiano Carlo Ancelotti.
Su palmarés -más de 50 títulos, entre ellos cinco Copas de Europa-, su fiabilidad -ha sido semifinalista en las últimas tres ediciones- y, sobre todo, su nómina de futbolistas intimidan en Europa: Manuel Neuer, Douglas Costa, Arturo Vidal, Thomas Müller, Robert Lewandowski... Más ahora Renato Sanches o Mats Hummels.
Atlético y Bayern aventuran un pulso entre sí por la cima del grupo D, de nuevo con la final de Bruselas de 1974 en la memoria y con dos duelos de estilos por delante. Posición contra posesión, defender para atacar contra atacar para defender. En suma, uno de los duelos grandes de Europa, probablemente por el liderato.
Siempre con matices, los que aporta el PSV Eindhoven, campeón de Holanda. Un reencuentro más para el Atlético, que ya se cruzó con este rival en los octavos de final de la pasada temporada. Sufrió con un 0-0 en la ida, un 0-0 en la vuelta y una resolución agónica en el decimosexto penalti, transformado por Juanfran Torres.
No ha cambiado apenas aquel PSV del actual. Lo sigue entrenando Philip Cocu y continúan en su plantilla la base de todo el pasado curso, entre la que destacan Davy Propper o Luuk de Jong; un aviso para el Atlético por lo que le costó superar aquella eliminatoria.
El cuarteto lo completa un debutante: el Rostov. Ganador en la última eliminatoria previa frente al Ajax, al que goleó el miércoles por 4-1, su única participación en competición europea fue hace dos cursos, en la Liga Europa, donde ni siquiera alcanzó la fase de grupos. Y su único título es una Copa de Rusia, lograda en 2014.
Subcampeones de Liga la pasada campaña, también ha superado al Anderlecht en el camino previo a la fase de grupos del torneo y es un bloque que destaca por su fortaleza defensiva, en la que acumula tres centrales, entre ellos el español César Navas. También resalta el portero internacional Zhanaev, procedente del Spartak Moscú.
El equipo es quinto en la Liga de su país con siete puntos en cuatro jornadas y con un añadido de dificultad para sus adversarios europeos: el viaje, por encima de las siete horas entre Madrid y la ciudad del sur de Rusia. Otra complicación más en un reto de altura para el Atlético y su anhelo más fuerte: la Liga de Campeones.