Gracias por hacer del fútbol un arte, Johan

El fútbol calla, el fútbol lamenta, el fútbol…, llora. Precisamente es él, el fútbol, quien más te debe, Johan. Tú cambiaste este juego, y desde entonces nada ha sido lo mismo. El maldito cáncer nos priva de seguir disfrutándote, eso sí, tu legado sigue y seguirá intacto.

Fuiste un genio adelantado a tu época. El 'flaco' te llamaban. Y es que en aquellos terrenos ásperos donde primaba la robustez, la fuerza y el físico, tu figura delgada y elegante cosida a un balón brillaba con luz propia. Fue entonces cuando muchos pensaron que quizás no era cuestión de físico, sino de técnica, de calidad, algo que tú ya sabías de sobra. Abanderaste el mejor Ajax visto jamás, conquistando Europa en tres ocasiones. Pero la cosa no quedó ahí, y decidiste ser el referente de un estilo, de un 'fútbol total' con el que Holanda, 'La Naranja Mecánica', a punto estuvo de dominar el mundo entero. Subiste al olimpo de los más grandes, cosechando por el camino, nada más y nada menos, que tres balones de oro.
Colgaste las botas, y optaste por continuar tu camino desde el banco, un lugar que hunde a muchos, y que encumbra solo a unos cuantos. Aunque tú no eras como el resto, Johan. Tú eras distinto. Recuerdo una frase que resume a la perfección tu filosofía, tus creencias, tu pensamiento: "Si nosotros tenemos la pelota, ellos no pueden marcar". Esas palabras que para ti eran una obviedad, hasta entonces parecían una auténtica quimera. Supiste dar tu sello al fútbol, el cual terminó por reinventarse gracias a ti. Te gustaba la posesión, el toque. Eras valiente y alineabas tres delanteros si hacía falta. Huías de centrocampistas fornidos para dejar sitio a los más habilidosos.
En Barcelona, donde ya ganaste una liga como jugador, tuvieron la gran fortuna de disfrutar tu obra en su mayor plenitud. Armaste el famoso 'DreamTeam', un equipo que parecía jugar a otro deporte, a un 'fútbol de ensueño'. Devolviste al club culé a lo más alto, y le concediste su pieza más deseada: la Copa de Europa. Desde entonces, allá en 'Can Barça' te han sido fieles, y nos le ha ido nada mal.
Maldecimos tu ausencia con rabia, con dolor, con tristeza. Aunque también tenemos que darte una y mil gracias, Johan Cruyff, por haber hecho del fútbol un arte, un verdadero espectáculo. Allá donde estés te seguiremos admirando, sabiendo que aquí tu legado sigue muy patente.