La caída y el renacer de Carlos Martins

Después de una pesadilla personal y profesional que casi le obliga a colgar las botas, el internacional luso Carlos Martins, de 33 años, ha encontrado en el Belenenses un nuevo aliento en el tramo final de su carrera.Miguel Conceição
Martins revivió el pasado jueves, en la tercera eliminatoria preliminar de Liga Europa ante el IFK Gotemburgo, los años dorados que firmó en clubes como el Sporting de Lisboa, en el que debutó, los españoles Recreativo de Huelva, Granada y en sus primeros años en el Benfica.
El medio portugués anotó este jueves los dos tantos de la victoria frente al líder de la Liga sueca (2-1), con dos inapelables chutes desde fuera del área, una de sus especialidades.
"Fue un día especial porque hice dos goles. Logré ayudar al equipo y eso es lo más importante", refirió anoche a los periodistas Martins.
En su segunda temporada al servicio del histórico club del lisboeta barrio de Belém, el centrocampista confirmó su recuperación profesional y anímica después de una ardua fase de su carrera, marcada por la grave enfermedad de su hijo y por su ostracismo en el Benfica.
En este club, Martins fue una pieza importante en sus tres primeras temporadas (2008-2011), coronadas con un campeonato de Liga (2010), pero, después de regresar de un año de cesión en el Granada (2011-2012), fue perdiendo espacio en el primer equipo.
El punto de inflexión se produjo en el curso 2012-2013, cuando, en uno de los últimos encuentros de Liga, fue expulsado en un inesperado empate ante el Estoril (1-1).
Este resultado, unido a la derrota en la prórroga ante el a la postre campeón Oporto, dejó al Benfica sin un título liguero que prácticamente agarraba con las dos manos.
El entonces entrenador encarnado, Jorge Jesús, le hizo responsable indirecto de haber perdido la Liga y, en el siguiente curso, le relegó al filial del Benfica, que juega en la Segunda lusa.
"Era un jugador internacional. Y simplemente me cortaron las piernas, por que sí", afirmó el jugador en una entrevista a la revista lusa "Expresso".
Después de pasar la 2013-2014 jugando en campos de segunda, Martins rescindió con el Benfica en septiembre del 2014 y firmó con el Belenenses, club con el que apenas pudo comenzar a jugar en enero del 2015 por problemas burocráticos.
El medio portugués tuvo otras ofertas en el extranjero mucho más jugosas económicamente, pero prefirió quedarse en Lisboa para acompañar de cerca la convalecencia de su hijo Gustavo.
Al pequeño le diagnosticaron una rara enfermedad cuando tenía tres años y su cura radicaba en recibir una médula ósea.
A finales del 2011, Martins divulgó el estado de salud de su hijo e inició una ola de solidaridad en Portugal, en la que se implicaron internacionales lusos como Cristiano Ronaldo.
Hubo tanta adhesión que algunos centros de donación tuvieron que reforzar sus equipos debido a la avalancha de personas que estaban dispuestas a donar parte de su médula.
Por fin, en el verano del 2012, Gustavo fue sometido a un trasplante y alivió, así, la pesadilla del jugador, quien reconoció que esta situación le llevó a estar cerca de "abandonar todo".
En esa misma época, el entonces seleccionador luso Paulo Bento iba a convocar a Martins para la Eurocopa del 2012, aunque unos problemas físicos le impidieron alistar.
El medio, al que le sus detractores le acusan de varios episodios de indisciplina, nunca jugó un gran torneo con la selección lusa, a la que representó entre amistosos y oficiales en 17 ocasiones, desde el 2006 hasta el 2013, anotando dos goles.
También representó a su país en los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004.
Aparte de la Liga del 2010 con el Benfica, Carlos Martins también venció una Copa de Portugal en el 2007 con el Sporting de Lisboa.
Hoy en el Belensenses, donde jugó 16 partidos el pasado curso (1 gol), Martins es el líder de un once titular sin extranjeros, 100 % portugués, y representa, en el terreno de juego, la voz de mando del entrenador Ricardo Sá Pinto, con el que compartió vestuario en el Sporting en los años 2000.