Viña del Mar se viste de fútbol y olvida la música por un par de semanas

Viña del Mar es conocida en el mundo como la capital turística de Chile, pero más por el Festival de la Canción que cada febrero acoge a grandes figuras de la música popular, lo que ahora quedará en el olvido por un par de semanas, en que la también llamada "ciudad jardín" se vestirá de fútbol.El estadio "Sausalito" acogerá tres partidos en la Copa América 2015, el primero de ellos entre México y Bolivia, correspondiente al Grupo A, este viernes 12 de junio.
El día 20 será el escenario del enfrentamiento entre Argentina y Jamaica, en el grupo B del torneo, y el 26 de junio se jugara en su césped un encuentro de cuartos de final.
Hasta hace poco tiempo muchos dudaban de que Viña del Mar y su estadio cobijaran de nuevo partidos de alto vuelo, pues el Sausalito, cuya historia se remonta al año 1929, sufrió grandes daños en el terremoto de 8,8 grados que devastó varias regiones de Chile el 27 de febrero de 2010.
Tanta fue la destrucción que se optó por demolerlo y levantarlo de nuevo desde sus escombros. Tras muchas vicisitudes y dudas sobre si estaría listo a tiempo para la Copa, el Sausalito está engalanado y en condiciones de ser, una vez más, el escenario de un fútbol del mejor nivel.
Conocido antiguamente como "El Tranque", el Sausalito, con un aforo de 22.360 espectadores, ha servido al buen fútbol en el Mundial de 1962, cuando el mismísimo Pelé corrió por su cancha, de la Copa América de 1991 y del Preolímpico del 2004, entre otros eventos deportivos.
En el Mundial de 1962, el rey del fútbol compartió con escolares de la ciudad, con hinchas y con la gente en general sin poses de divo; tenía 22 años recién pero ya había ganado un Mundial (Suecia 1958) y seis títulos con el Santos.
En el primer partido del Sausalito, Pelé le anotó un gol a México en el triunfo brasileño por 2-0, pero en el segundo, frente a Checoslovaquia (0-0), se lesionó en el minuto 27 y no volvió a participar en el torneo, que coronó a Garrincha como el mejor jugador.
Otra peculiaridad del estadio es que, en los partidos de alta convocatoria suele haber decenas o cientos de personas trepan un cerro vecino que les proporciona una amplia visión de la cancha.