El Getafe con pie y medio en octavos; Almería y Levante, a la espera

En la jornada del viernes se han jugado los tres últimos partidos de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey con los resultados, Albacete – Levante (1-1), Getafe – Eibar (3-0) y Betis – Almería (3-4)

El Levante empató (1-1) con el Albacete, en el Carlos Belmonte, pese a mostrarse inferior a un equipo de Segunda que se adelantó gracias a Moutinho.
El Adoua, a balón parado, empató para los pupilos de Lucas Alcaraz.
El Levante, que había puesto un ‘muro’ de cinco defensas, se vio desbordado desde el principio por el costado diestro del ataque a través de un Keko que, a la segunda, puso un balón de oro al segundo palo al que salió el meta Jesús de manera arriesgada, dejando el balón franco para que Moutinho subiera el primero al marcador en el minuto seis.
El Getafe ganó al Eibar (3-0) con la aparición desde el banquillo de Pedro León en la segunda parte y el brillo de Pablo Sarabia, que dio una asistencia y marcó dos goles, dejaron casi sentenciada la eliminatoria para el Getafe.
El Getafe mostró su amor por la Copa antes del inicio del partido. Su entrenador, Cosmin Contra, hizo toda una declaración de intenciones en la víspera del choque, cuando habló sobre sus grandes recuerdos en su etapa de futbolista. Hace años, el técnico rumano jugó las dos finales con su actual club. Son tiempos no muy lejanos que quería recuperar.
Su once inicial, con muchos titulares, fue la prueba de que no mentía. El Getafe salió a por todas, con casi lo mejor que tiene en la plantilla salvo el portero Vicente Guaita y los defensas Álvaro Arroyo y Emiliano Velázquez. Contra estaba dispuesto a luchar por iniciar el camino hacia las semifinales.
Enfrente, el Eibar, con una cantidad ingente de partidos en los próximos 16 días, decidió centrarse más en la Liga, en la que tiene más en juego con la permanencia. Sin embargo, pese a presentar una alineación con jugadores menos habituales, no puso nada fáciles las cosas al conjunto madrileño.
El Almería, que pareció jugar sólo lo justo y que tuvo una gran efectividad en el ataque, dejó abierta una eliminatoria que parecía sentenciada con el 0-4, pero su relajación final le costó caro y el Betis, pese a su mala imagen, recortó el marcador (3-4) y dejó el pase a octavos abierto para la vuelta.
El partido empezó frío por las alineaciones de los dos equipos, con jugadores que no son habituales en el torneo liguero y porque también en ambos no se escondió que el objetivo principal de la temporada es otro al de la Copa, pues para los sevillanos es acercarse a la lucha por los puestos de ascenso directo a la máxima categoría y para los almerienses vivir mas alejados de la zona de descenso a la Liga Adelante.
Esta frialdad se notó también en las gradas del Benito Villamarín, un estadio con capacidad para unos cincuenta mil espectadores y que en este partido concentró a unos dos mil.
En el (0-4) marcaron Mané, Teerasil, Quique y Edgar, pero en tan solo diez minutos el Betis intentó la remontada terminando con el resultado (3-4) con goles de Ruben Castro, Perquis y Jorge Molina.