Cuando el fútbol apenas importa

Este sábado a las seis de la tarde el Xerez tiene una de sus últimas citas como equipo de Segunda División. Pero a estas alturas, con el equipo ya descendido y el club en plena lucha por la supervivencia, el fútbol apenas importa.

En este tipo de casos suele hablarse del honor en juego, pero eso es algo que, después de una temporada como la vivida, tampoco tiene demasiada importancia. Es más, el propio Carlos Ríos, que no seguirá en el banquillo, admite que ha echado en falta carácter y amor propio en el grupo. Por todo, la visita a Montilivi no guarda interés, menos aún sin la presencia de canteranos que puedan esperanzar a los seguidores azulinos con sus actuaciones.
Lo que de verdad preocupa es la situación institucional. La junta de accionista, prevista para el día 14, se ha suspendido y la noticia más esperada es la salida de Joaquín Morales de la entidad. Si esto sucede, se suspendería la vista del 23 y Energy tomaría el control, aunque son tantos y tan graves los frentes abiertos que ni siquiera el cambio de manos asegura el futuro inmediato.
El club necesita dinero urgente para cubrir la deudas más importantes, como la de Hacienda, y sólo ganando tranquilidad, garantizando su supervivencia, podrá hacer frente a la temporada venidera y comenzar una planificación que conlleva restructurarlo prácticamente todo. Por supuesto en lo institucional, donde hasta el concurso con los acreedores cambiaría al haber descendido, pero también a nivel deportivo.
Tendrá que recomponer su plantilla, pero no puede hacerlo sin ganar la estabilidad que necesita porque a día de hoy ni siquiera los representantes de los futbolistas saben a quién dirigirse. Por un lado, los futbolistas tienen pagos pendientes y habría que ver si la AFE puede y está dispuesta a echar mano de sus fondos. Por otro, sin paz institucional es más difícil que los jugadores se comprometan.
Así pues, está claro que aunque el Xerez visite Montilivi este sábado nadie tiene la cabeza en el césped, sino que todos están pendientes a lo que acontezca en los despachos, que es donde ahora verdaderamente se cuece el futuro del club.