El nuevo MG es tan bonito que parece premium

El MG Cyberster no necesita presentación. En cuanto lo ves, entiendes por qué muchos lo confunden con un modelo premium. Es bajo, es ancho, es diferente. Un diseño que llama la atención incluso antes de arrancar. Y, sin embargo, lo más curioso es que no es solo fachada: esconde un planteamiento deportivo muy serio.
Antes de hablar de motores o de pantallas, lo primero que sorprende es su postura. Mide 4.535 mm de largo, 1.913 mm de ancho y solo 1.329 mm de alto. Es un coche muy estirado, casi pegado al suelo. La batalla de 2.690 mm le da aplomo. Y pese a ese estilo tan marcado, ofrece 249 litros de maletero. Un detalle que no suele verse en descapotables de este corte.

Lo más deportivo de MG se lo lleva el Cyberster

Lo llamativo es cómo combina diseño con tecnología. El interior parece sacado de un prototipo. Tres pantallas de 7 pulgadas rodean el volante, y una cuarta, de 10,25 pulgadas, gobierna el info entretenimiento. Apple CarPlay, Android Auto, navegación… y debajo, otra pantalla para el clima. No todo es perfecto, porque el volante puede tapar parte de la información, o el sistema no es tan rápido como el de un Tesla, pero el conjunto impresiona.

Sus virtudes ya son conocidas: estética muy cuidada, comportamiento afinado, mucha deportividad y un equipamiento sorprendente. Y aunque sus rivales naturales serían Ford Mustang Cabrio o BMW Z4, la realidad es que juega en una liga distinta por ser 100% eléctrico.

Dos versiones mecánicas

Las mecánicas también merecen su protagonismo. El Trophy, con tracción trasera, ofrece 335 CV y 475 Nm. Su batería de 64 kWh firma 507 km de autonomía. Corre. Y acelera bien: 0-100 en 5 segundos. Llega a 195 km/h. Todo por 61.590 euros con promoción. Un equilibrio casi perfecto.Luego llega el GT, que cambia todo. Tracción total, dos motores, 510 CV, 725 Nm y batería de 77 kWh. Autonomía de 443 km WLTP. 0-100 en 3,2 segundos. 200 km/h de punta. Su precio: 66.590 euros. Tiene más nervio, más respuesta, más presencia. Y con la suspensión adaptativa opcional, se vuelve aún más fino y directo.

La suspensión en general es otro punto clave. Los ingenieros de Longbridge han puesto el toque británico. En el Trophy es pasiva. En el GT, la adaptativa le sienta de maravilla. Y además suma modos como Super Sport y Launch Control, lo que convierte cada aceleración en una pequeña experiencia.Al final, todo encaja. Que si el diseño, que si la tecnología, que si la potencia. Cada pieza aporta algo. Y por eso el nuevo MG genera tanta sorpresa. Porque parece premium. Porque se comporta como uno. Y porque, en muchos aspectos, ya lo es.