Ataque de Nairo Quintana para casi sentenciar la Vuelta

Alberto Contador volvió a demostrar este domingo en Formigal que nunca se conforma, que, se encuentre como se encuentre, en lo físico y en lo clasificatorio, siempre está dispuesto a dar batalla, que nunca se rinde.

El ganador de siete grandes, y dos más perdidas por una sanción por dopaje, dio de nuevo hoy una lección de ambición, de estrategia y de pelea. En definitiva, del ciclismo que quieren los aficionados y que forja las leyendas.
En los 118,5 kms. entre Sabiñánigo y Formigal Contador montó otro 'Fuente De', un ataque sorpresivo y voraz como aquel con el que birló en 2012 a Joaquim Rodríguez la Vuelta que tenía ya prácticamente ganada el Purito.
Aunque no fue él el gran beneficiado, sino Nairo Quintana, que siguiendo su rueda dejó casi sentenciada una carrera en la que era líder pero menos favorito que Chris Froome. En uno de los días más negros de su carrera, el británico de Nairobi habrá reflexionado sobre la imposibilidad de ganar una carrera que siempre se le muestra esquiva a pesar del amor que le profesa.
Sí ha mejorado Contador su posición en la general, ya que ahora es cuarto y no sexto, como ayer tras una jornada 'Tour' por grandes colosos pirenaicos. Pero al de Pinto, con lo que ha ganado ya, todo lo que no sea ser primero no le vale. Ni aún viendo, como tiene ahora, el podio a 5 segundos, que es lo que le saca Esteban Chaves, otro de los damnificados de su movimiento en el arranque.
De hecho, los grandes derrotados en Formigal han sido los grandes beneficiados en el Aubisque, Froome y el Orica, en el que también ha cedido Simon Yates, héroe ayer en el Marie-Blanque.
También tiene cerca Contador la segunda plaza, a 25 segundos. Pero seguro que cuando ayer, cabreado por lo que entendía un marcaje que no venía a cuento en la ascensión al Aubisque, se puso a escrutar el libro de ruta para ver donde podía montar una buena hoy, no era ni en el podio ni en el segundo puesto en lo que pensaba.
Lo que visualizó entonces Contador, que considera la victoria ya muy difícil desde su pérdida de casi un minuto en la crono por equipos con la que arrancó la carrera, era en dar una alegría a la afición -que le visitó casi en masa esta mañana en el hotel- y, quizás también, en ver si podía ir eliminando rivales para alcanzar el maillot rojo definitivo.
Manos a la obra, aprovechó el primer ataque de Gianluca Brambilla para dar un acelerón sin mirar atrás y provocar un corte en el que se metió Quintana y puso patas arriba una Vuelta más mansa de lo esperado en los Pirineos y que caminaba -según la consideración general- hacia el primer triunfo de Froome.
Ahora ya parece que no será el inglés el que inscriba por primera vez su nombre de la gran carrera española por etapas, sino el colombiano, que lleva más de tres minutos y medio sobre todos sus rivales y quien, en agradecimiento por el favor recibido, dio la mano al madrileño tras acabar la etapa.
El guiño de asentimiento con el que le respondió Contador lo agradeció Quintana. Pero el de Bocayá sabe que no debe descuidarse, que lo que hace cuatro años le pasó a Purito y lo que hoy le sucedió a Froome le puede pasar a él en cualquiera de las seis etapas que quedan de carrera.
"No le podemos descartar -aún estando a 4:02 en la General-. Es un hombre que maneja bien la estrategia, juega en momentos claves y no le podemos descuidar. Es un ciclista de gran astucia y sabe jugar sus bazas. Ya lo vimos en Fuente Dé cuando derrotó a "Purito" Rodríguez", confesó el líder de Movistar tras la etapa, sabedor de que Contador nunca se rinde.