Luis Ocaña, ídolo ciclista del "escalador" Sarkozy
El ciclista español Luis Ocaña, fallecido en 1994, es el auténtico ídolo de un particular apasionado del ciclismo, el expresidente francés Nicolas Sarkozy, que se ve a sí mismo como un "escalador" a lomos de una bicicleta.En una entrevista con el suplemento semanal del diario "Le Parisien", Sarkozy confiesa su devoción por el añorado Ocaña y por su forma de plantar cara a quien es considerado como el mejor de todos los tiempos, Eddy Merckx.
"Vibré sobre todo en 1971 por el duelo entre Merckx y Ocaña, mi verdadero héroe. Era guapo, desconfiado, y venía a contestar la supremacía del gran Eddy. Cuando se cayó en el puerto de Menté aquel año, bajo una tormenta dantesca, cuando llevaba el maillot amarillo, aquello fue dramático", rememora.
El ahora líder de la oposición conservadora en Francia reconoce su devoción por el Tour de Francia, en el que se anima "al farolillo rojo tanto como al vencedor de etapa" y en el que "se puede apoyar a los franceses y aplaudir a Chris Froome o Alberto Contador".
Sarkozy revela que cuando era jefe del Estado siempre tenía encendida una televisión en el Palacio del Elíseo con la retransmisión del Tour, y que siempre acude a ver en directo al menos una etapa.
Como ciclista aficionado -que hace salidas de 60 kilómetros con tres puertos durante sus veraneos en el sur de Francia- confiesa aburrirse en el llano: "Yo subo sentado en el sillín, pero prefiero a los corredores que escalan bailando, como Contador".
Además, cree que el ciclismo comparte muchos valores con la política, como la importancia de "no renunciar nunca" o la perseverancia, más que talento, que se necesita en ambos.
Sarkozy defiende vivamente al estadounidense Lance Armstrong, despojado de sus siete Tours tras confesar haberse dopado, y se pregunta "de qué sirve agobiarle hoy".
"Con 25 años, Armstrong desarrolla un cáncer testicular con metástasis, es operado, sigue quimioterapia, vuelve sin un solo pelo y gana siete Tours de Francia. ¿Cómo no voy a respetar eso?", señala.
